Desconexión total del Barça en Balaídos (2-2). Después de unos meritorios primeros 80 minutos, en los cuales ha sumado dos goles, obra de Raphinha y Lewandowski, el equipo de Hansi Flick ha firmado un final de partido para el olvido, con una roja a Marc Casadó que ha acabado en tragedia. Con 10 jugadores, los blaugranas no han sabido reaccionar y han encajado dos goles casi consecutivos, que han llevado la firma de Alfon y Hugo Álvarez. Con este resultado, el Barça suma dos partidos consecutivos sin sumar tres puntos, generando las primeras dudas en una Liga que se iguala.
El factor Raphinha decanta una primera parte igualada
Sin Lamine Yamal, en el campo donde el Barça ha perdido más partidos a lo largo de este siglo y después de un parón de selecciones. Estas eran las complicadas credenciales de un partido que Hansi Flick tenía marcado en rojo en el calendario por razones obvias. Para superar esta visita trampa, Flick ha decidido apostar por Gavi de titular, que volvía a un XI titular después de 382 días. Acompañándolo, el hasta ahora once titular, con la baja ya comentada de Lamine y la excepción de Gerard Martín, encargado de sustituir a un Alejandro Balde con problemas físicos.
Con todos estos ingredientes sobre la mesa, el partido ha empezado con un ritmo muy alto, sin decepcionar al espectador. El Barça, como siempre: con personalidad y buscando el fuera de juego rival. En cambio, quien ha sorprendido ha sido el Celta, que no se ha quedado atrás y ha apostado por una presión también muy adelantada. Esto ha provocado un intercambio de golpes en que las primeras ocasiones han caído de lado local. Sin embargo, los culés han sabido aguantar la embestida inicial celeste y, cuando han tenido oportunidad, no han fallado.
Y es que cuando tienes a tu lado un futbolista en estado de gracia como Raphinha, todo es más fácil. El extremo brasileño, que hoy ha vuelto a la banda derecha, ha recogido un fenomenal pase al espacio de Jules Kounde y, después de un recorte fenomenal sobre Mingueza, ha superado a Gauita con un vigoroso chute cruzado (0-1, min. 15). Esta diana ha serenado al conjunto culé, que ha podido sumar más posesiones largas. Aún así, las oportunidades han sido escasas. Solo en el minuto 40 Lewandowski ha estado a punto de anotar el segundo. De hecho, ha enviado la pelota al fondo de la red gallega con una preciosa vaselina, pero el árbitro ha anulado el gol por un claro fuera de juego. Con todo, el primer acto ha finalizado con una fuerte protesta arbitral de los locales, que exigían una segunda amarilla a Gerard Martín.
El Barça se enreda en 10 minutos para el olvido
El paso por los vestuarios no ha frenado la alta intensidad que estaba marcando el duelo. Con más energía que fútbol, el Celta de Vigo seguía rondando el área blaugrana, pero Iñaki Peña no sufría en exceso. Esta actitud tenía un riesgo evidente para los locales: el desgaste físico y la espalda de sus centrales, que vivían muy lejos de Guaita. Durante unos minutos, el rey del partido sí que ha sido el Celta, pero tal como ha sucedido en el primer acto, el ataque blaugrana ha castigado a la primera que ha tenido. Esta vez el goleador ha sido Lewandowski, recogiendo un rebote dentro del área y definiendo a la perfección (0-2, min. 61).
La inercia del partido ha llevado a ver a un Barça buscando muchos contragolpes. En este sentido, Raphinha ha enviado una pelota al palo después de una larga conducción, que podría haber sido la sentencia definitiva. El equipo de Hansi Flick estaba destinado a no sufrir en exceso, hasta que en el minuto 81, Marc Casadó ha sido expulsado por una segunda amarilla. Y poco después de quedarse con 10 jugadores, Kounde ha cometido un grave error que ha acabado con el gol de Alfon (1-2, min. 84). En un cerrar y abrir de ojos, el partido ha dado un giro de 180 grados que todavía tenía que vivir otro episodio fatal para los barceloneses.
Con el Barça desconectado y perdido, Hugo Álvarez ha recogido una pelota dentro del área y, recortando a Héctor Fort por el camino, ha igualado el partido. Todo el trabajo hecho en los primeros 80 minutos, olvidado en un abrir y cerrar de ojos. Con uno menos, el equipo de Flick ya no ha podido generar ninguna ocasión más y el duelo ha acabado en empate.