La Lliga Santander es una de las competiciones más exigentes, no por los rivales, que hay de buenos y no tan buenos, sino por la regularidad que se debe mantener para conseguir ganar este torneo. El Barça, por mucho que duela decirlo, esta temporada no ha mostrado la regularidad que lo llevó a ganar 8 de las 11 últimas Ligas. Dicho esto, ¿dónde se ha dejado la Liga el Barça?

Mal inicio de Liga

Queda muy lejos la jornada 1, ya hace casi 10 meses, pero el inicio del Barça, con Valverde todavía en el banquillo, no fue nada bueno. En las cinco primeras jornadas perdió dos partidos, contra el Athletic y el Granada, y empató uno, contra el Osasuna. Con los vascos, el gol de Aduriz de chilena en el minuto 89, aplastó el estreno liguero de los blaugrana. Contra el Osasuna, en la tercera jornada, concedieron el empate en el 80 con un penalti, y contra el Granada, en la quinta, perdió 2-0 en casa del equipo andaluz.

7 puntos de 15 posibles no es un inicio a la altura del Barça.

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El Levante, un traspié inesperado

En los siguientes 10 partidos, el cómputo liguero del Barça fueron nueve victorias, pero una derrota contra el Levante. A pesar de marcharse al descanso ganando por 0-1, con gol de Messi, la vuelta de la media parte fue desastrosa. No es de extrañar, entonces, que los granota les clavaran tres goles en los primeros 20 minutos de la segunda parte.

A aquellas alturas de la temporada ya se iban intuyendo los problemas del Barça fuera de casa y cómo de difícil era conseguir los tres puntos. Un problema que, visto medio año después, todavía perdura.

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Tres empates en cinco partidos

Seguía la temporada y el Barça, gracias a la temporada también irregular del Real Madrid, iba primero en la clasificación empatado a puntos con los blancos. La buena racha que acumulaban se rompió en la jornada 17 contra la Real Sociedad, con un empate de Isak en el minuto 62 que no supo superar. En el siguiente partido también empató, esta vez contra el Madrid.

Si hacemos memoria, el Clásico de la vuelta, correspondiente a la jornada 10, se tuvo que aplazar por la situación de incertidumbre política que se vivía en Barcelona, y se acabó disputando dos meses después. Pues bien, el Barça todavía no sabe como salió vivo de aquel partido, porque le podría haber caído un carro y todavía consiguió evitar los goles.

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Si hay alguna cosa que al Barça y a sus aficionados los fastidie más, es no ganar contra el Espanyol. Nuevamente, eso es lo que pasó sólo dos jornadas después del empate contra el Madrid. El Barça ganaba 1-2 pero un gol de Wu Lei en el 87 volvía a hundir los planes blaugrana y sumaba un nuevo empate en su trayectoria de Liga.

Madrid y Valencia, las derrotas más duras

A finales de enero, el Barça se encontraba inmerso en plena tormenta después de perder en la semifinal de la Supercopa contra el Atlético de Madrid, nuevamente por un gol en los últimos minutos, y el cambio de Ernesto Valverde por Quique Setién. Se las prometían felices la directiva blaugrana con el cambio, pero la primera derrota liguera sólo tardó dos partidos en llegar. Fue contra el Valencia en la jornada 21, cuando el Barça perdió 2-0 en Mestalla. A pesar de instaurar la posesión que tanto se echaba de menos en can Barça, no sirvió de mucho, ya que sólo se consiguió un disparo a portería.

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A pesar de las victorias de las siguientes cuatro jornadas, el Clásico de la vuelta llegó y se saldó con una nueva derrota blaugrana. El 2-0 en el Santiago Bernabéu dejaba a los blancoa con una diferencia de goles a favor suyo, una situación peligrosa que, a día de hoy, todavía lamenta el Barça.

Sevilla y Celta, las dos últimas decepciones

El coronavirus paralizó la Liga y en la clasificación, en aquel momento, mandaba al Barça con dos puntos por encima del Madrid. La vuelta y las prisas para acabar la competición han llevado a una vorágine de partidos en la que el Barça ha acumulado dos nuevos empates que le han costado el liderazgo de la Liga Santander. El primero, contra el Sevilla, donde no consiguieron marcar ningún gol gracias al buen planteamiento defensivo del equipo andaluz. El último, contra el Celta, donde el Barça concedió el empate en el minuto 88 con un gol de falta de Iago Aspas.

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Todos estos goles en los finales de los partidos y este descontrol del equipo ha llevado a que el Barça, en 32 jornadas, haya empatado seis partidos y haya perdido cinco. Quizás tiene razón Leo Messi y cada vez cuesta más ganar a los equipos pequeños, pero en la afición blaugrana no desaparece el sentimiento de impotencia ante un equipo que sólo es la sombra de lo que un día, hace pocos años, llegó a ser.