Josep Maria Bartomeu detiene la votación para el cambio del escudo del Barça. El presidente blaugrana ha decidido cambiar el orden del día ante la sorpresa de todo el mundo y retirar la votación clave de la Asamblea de Compromisarios 2018 para frenar la clara negativa de los socios y una votación que iba camino a perder. Legal, pero quizás no moral.
Los compromisarios del Barça presentes en el Palau Blaugrana se han mostrado muy contrarios a la decisión del cambio de escudo y han pedido de manera repetitiva un proceso para "reflexionar" y "plantear un referéndum" con todos los socios.
Estaba claro que los culés no querían cambiar el escudo, que no querían que se borraran las siglas FCB del escudo, ni tampoco perder aquel símbolo que había combatido en las épocas más complicadas de la historia del club. La esencia, los principios y los valores del Barça estaban en este escudo, modificado por última vez en el año 2002, y tenían que seguir firmes en una de las imágenes más internacionales del Barça.
Cargando contra Bartomeu
Durante el turno de ruegos y preguntas los socios han cargado contra Bartomeu. Primero una larga explicación del club sobre los porqués de los cambios, pero después ya llegado el momento de las críticas.
Los socios compromisarios no han callado. Una hora de réplicas contra la decisión de rediseñar el escudo y una clara evidencia que la votación no sería tan plácida como la junta de Bartomeu esperaba.
Se necesitaban 2/3 de los votos para la aprobación, una mayoría cualificada, y entonces, después de las intervenciones del socios, ha llegado la decisión de Bartomeu.
"Lo retiramos y haremos una reflexión interna", ha asegurado el presidente del Barça después de escuchar las duras críticas. Pero esta decisión de hacer una retirada antes de una derrota casi segura para tumbar la decisión de cambiar el escudo, el Barça ha dado un paso atrás.
Pero este gesto no ha gustado nada a los socios presentes en el Palau, que han gritado en más de una ocasión "queremos votar". Después de cambiar el orden del día y de no dejarlos votar a última hora, gran parte de los socios presentes han abandonado el pabellón con una clara señal de rechazo y descontento.
Una defensa estéril
Antes de la decisión de Bartomeu, Jordi Cardoner, vicepresidente primero del Barça, y Josep Maria Mir, diseñador del nuevo escudo, han intervenido para defender la propuesta posteriormente descartada.
Se ha hablado de "actualizar e innovar", de un "retorno al origen" y seguir pensando en las "raíces". También se ha asegurado que la modificación pretendía "coger más protagonismo el espacio blaugrana, especificar sólo dos marcas expresivas del club (Barça y FC Barcelona), simplificar de siete a cinco barras blaugrana para la expresión del color, así como querer dar más luz al amarillo por el contagio visual y para que sea más luminoso".
Unas explicaciones que han acabado siendo estériles y que no han tenido más recorrido. De momento, el escudo no se toca.