El Barça gana, sin público, contra la UD Las Palmas gracias al gol de Sergio Busquets y al doblete de Leo Messi (3-0). El club acepta jugar a puerta cerrada para hacer visible su malestar con la represión policial en Catalunya y no perder seis puntos. Una decisión inédita en la historia del club.
Un escenario atípico
Las gradas del Camp Nou estaban completamente vacías. Sólo los periodistas, los familiares de los jugadores y los trabajadores del club llenaban algunas localidades. La mayoría, en la tercera gradería. El silencio impresionaba e impregnaba cada jugada. Los gritos de los jugadores y el ruido de la pelota era la única banda sonora. La decisión del Barça de jugar sin aficionados ante la negativa LaLiga de suspender el partido le confería a la tarde un aire de entrenamiento. Los futbolistas han saltado al césped con la camiseta de la senyera. Una camiseta que utilizan para calentar.
La frialdad ha acompañado al Barça en el primer tramo del partido. Los jugadores parecían desconectados. Las Palmas, que jugaba para sumar tres puntos y defender "la unidad de España", llegaba a Barcelona estrenando nuevo entrenador y una bandera española bordada en el pecho para la ocasión. Pako Ayestarán estaba ante el peor estreno de todos, contra el líder y con un equipo canario que no ha empezado la temporada con buen pie.
Barça sin ánimo
El Barça parecía fuera de lugar, como si el aliento del público fuera imprescindible para rendir a su nivel. Los canarios aprovechaban la poca fluidez de los blaugrana con la pelota para defenderse sin sufrir y salir al contragolpe. Leo Messi intentaba hacer la guerra por su cuenta, pero su disparo de falta, desde la frontal del área, lo ha desviado el portero Chichizola cuando entraba por la escuadra.
Valverde seguía haciendo rotaciones. Aleix Vidal, muy desacertado, volvía al extremo, con Sergi Roberto en el lateral y Paulinho y Denis Suárez en el medio del campo. Los cambios, esta vez, no han tenido el efecto esperado. Al Barça le pesaban las piernas y siempre pensaba tarde. Las ocasiones caían con cuentagotas y el juego no seducía a nadie.
Al Barça le faltaba mucha lucidez en ataque. Y es que se le apagaban las luces cuando se acercaba al área rival. Paulinho ha tenido el 1-0 con un cabezazo que se ha marchado rozando el palo. Pero Las Palmas encontraba espacios y aprovechaba errores puntuales para correr a las espaldas de Piqué y Mascherano, hoy centrales. Jonathan Calleri ha puesto el miedo al cuerpo del Barça con un disparo que se ha estrellado en el palo de Ter Stegen. 0-0 al descanso.
Doble cambio
Valverde ha querido sacudir el equipo para forzar una reacción. Paulinho y Aleix Vidal se han quedado en el vestuario. Y han entrado Ivan Rakitic y Andrés Iniesta. Los cambios han revitalizado a un Barça que no ha tardado en deshacer el empate. Sergio Busquets ha aprovechado un córner de Messi para rematar de cabeza en el área pequeña. 1-0.
Luis Suárez ha desperdiciado una ocasión muy clara ante Chichizola. Y lo ha hecho con una piscina que le ha costado la tarjeta amarilla. El uruguayo ha recuperado su mejor cara con un centro en el punto de penalti. Allí, Messi ha fallado solo un cabezazo que era el 2-0. Ocasiones que se perdían, pero no lo parecía. La falta de público le restaba cualquier trascendencia al juego y servía para recordar que Catalunya vivía una jornada excepcional.
Messi ha conseguido su objetivo después de un pase de Denis y recortar a Chichizola para empujar la pelota a placer. 2-0. Y ha repetido con una pared de Luis Suárez. 3-0. Dos goles consecutivos con dos celebraciones tan frías como el ambiente. El tramo final sólo ha servido para que Iniesta se lesionara.
El Barça consigue su novena victoria consecutiva, la séptima en la Liga, y se marcha al segundo parón internacional como líder en solitario. Unos datos que no admiten discusión, pero que quedan minimizados por la decisión del club de jugar y no plantarse. Hoy, el Barça no es más que un club.