Llegó el día del todo o nada, el momento de saber si después de años de travesía por el desierto el Barça vuelve a la élite europea. Y lo tendrá que hacer contra un París Saint-Germain que se ha erigido, por decisión propia, en el nuevo antagonista del Barça. Y es que en el París Saint-Germain se profesa un odio fuera de lo normal contra el club blaugrana. Le vetó los traspasos de Marquinhos, Verratti y Rabiot y le arrebató, cláusula de rescisión mediante, a Neymar y Dembélé, además de llevarse en su día a Xavi Simons y de acoger a Leo Messi. Aún y así, los ataques siempre van en la misma dirección, de París a Barcelona. La previa de la ida, de hecho, estuvo marcada por la plantada de Nasser Al-Khelaïfi a Joan Laporta en la tradicional comida de directivas. Los ultras del PSG, por su parte, atacaron con petardos el hotel del Barça. Incluso Luis Enrique, en un ataque inesperado, se hizo poseedor del ADN blaugrana, por delante de Xavi Hernández, la brújula del mejor Barça de todos los tiempos. Y ya en el Parque de los Príncipes, el club francés tematizó el partido usando la película Star Wars, haciendo sonar por megafonía el himno del Imperio Galáctico cuando el Barça salió a calentar, marcándolo como el lado oscuro de la fuerza, mientras que su equipo fue recibido con un tifo gigante en el que Yoda había fichado por el PSG, como si con el dinero se pudiera comprar todo, incluso al maestro Jedi de la aclamada saga de George Lucas.
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A la hora de la verdad, sobre el terreno de juego, la fuerza acompañó al Barça, que logró un meritorio 2-3 después de verse por detrás en el marcador en un inicio de segundo tiempo para olvidar. La Alianza Rebelde blaugrana había conseguido un golpe inesperado en casa del Imperio, una nueva esperanza había nacido. Kylian Mbappé fue una sombra, gracias al trabajo defensivo de Koundé y de Araujo, mientras que Raphinha se convirtió, contra todo pronóstico, en el actor principal con dos zarpazos que silenciaron el Parque de los Príncipes.
Luis Enrique recupera a Achraf y augura espectáculo
El Barça había logrado una victoria inesperada, una buena cantidad de vitaminas, aunque aquello solo había sido la primera batalla. Siguiendo con el lore de Star Wars, ahora tocaría el contraataque del Imperio, la aparición en escena de la Estrella de la Muerte. Y el Barça lo sabe. "Nos va a hacer sufrir, no tengo ninguna duda. Visualizo un partido muy parecido al de la ida. Nos harán ese sistema de marcaje hombre a hombre, hay que atacar línea defensiva alta, mostrar mucha personalidad. Estamos ante uno de los mejores equipos del mundo y uno de los mejores entrenadores", ha declarado Xavi Hernández en la rueda de prensa previa del partido. Y es que en París aseguran que, en esta ocasión, Luis Enrique saldrá con un 9 puro. Podría ser Gonçalo Ramos, aunque tampoco se descarta que entre en el once Barcola, lo que permitiría que Mbappé centrara su posición. En la ida, el asturiano apostó por Marco Asensio de falso 9, y no le salió bien. Sin referencia a quien marcar, Cubarsí pudo ayudar a Cancelo para tapar a Dembélé, mientras que Araujo hizo lo propio por la derecha, para controlar a Mbappé.
La otra novedad será el retorno de Achraf al lateral derecho, lo que permitirá que Marquinhos vuelva al eje central. Este cambio pone en peligro a Cancelo, que tendrá que lidiar no solo contra Dembélé, sino también con uno de los mejores laterales diestros del planeta. "El PSG va a presionar desde el minuto 1, el Barcelona utilizará el juego largo y el pase a última línea aprovechando el espacio. Creo que Ter Stegen batió un récord de 24 balones largos para superar la presión. Nosotros haremos lo mismo, y creo que el Barça también utilizará la última línea para crearnos peligros. Espero que no sea así, pero preveo un partido con goles en ambos equipos. Creo que la urgencia hará que el espectador veo un partido apasionante", ha avisado Luis Enrique.
Xavi y la gran duda del pivote
Mientras, Xavi Hernández debe tomar una decisión trascendental. Y es que se ha quedado sin pivote defensivo para el partido más importante de la temporada. En París sorprendió a todos apostando por Sergi Roberto, que no podrá jugar en Montjuïc por acumulación de tarjetas amarillas. Su sustituto, Christiansen, titular en la posición durante todo el segundo tramo de la temporada, también vio la amarilla sancionadora en París. Xavi, pues, deberá reconstruir el centro del campo, en el que De Jong y Gündogan son fijos. Puede optar por Pedri, que acaba de volver de una lesión, aunque ello le obligaría a retrasar a De Jong o a Gündogan. También puede apostar por Fermín López, que aporta electricidad y presión intensa, aunque el problema de las posiciones seguirá siendo la misma. Menos probable es que apueste por los dos, para recuperar el 4-4-2, aunque ello significaría tener que dejar en el banquillo a Lamine Yamal, el padawan más adelantado y gran esperanza blaugrana, o a Raphinha, el mejor jugador del Barça en París.
"No somos un equipo que especule. Ojalá salga nuestra mejor versión e imagen. Hay que hacer las cosas bien, sobre todo en la presión alta. Será complicado. Es una guerra futbolística y se sufrirá. Ellos no especulan y nosotros, tampoco", ha afirmado Xavi Hernández. El día del todo o nada ha llegado. Imperio Galáctico contra Alianza Rebelde. Que la fuerza les acompañe. La necesitarán.