Cada día salen a la luz más detalles del Barçagate, la trama sobre las actuaciones fraudulentas del club en las redes sociales a través de perfiles falsos. Este domingo, el diario Sport publica que el Barça también estudiaba el contenido de las redes de La Masia –filial y fútbol base– a través de una empresa de Carlos Ibáñez, socio fundador de I3 Ventures.
El funcionamiento de la trama
La misma información sitúa a Jaume Masferrer, jefe de gabinete de presidencia y mano derecha de Josep Maria Bartomeu, como máximo responsable del entramado. Masferrer fue suspendido de sueldo cuando estalló el Barçagate y muy pronto fue señalado por una buena parte de los directivos como culpable de la contratación de I3 Ventures. Estos altos cargos ya han abandonado el Barça, pero el tiempo les podría acabar dando la razón.
Según la información de Xavi Torres, Masferrer encargaba la tarea de seguimiento de las redes a I3 Ventures y al resto de empresas del uruguayo Carlos Ibáñez. Estas elaboraban informes mensuales que eran revisados por los responsables de comunicación de cada área deportiva –también de La Masia– y finalmente cerraban el círculo llegando hasta Masferrer. Durante el proceso, ni los directivos ni los jefes de área conocían lo qué estaba sucediendo.
Así, los responsables de La Masia habrían descubierto una partida de 99.000 euros de un proveedor desconocido en las cuentas de los primeros seis meses de la temporada 2019/20. Se trataba de Tantra Soft S. A., una de las empresas vinculadas a I3 Ventures y a Carlos Ibánez. La misma información apunta que los responsables de La Masia también descubrieron un pago de 198.000 euros a la misma compañía correspondiente al ejercicio 2018/19.
Hay que recordar que el exvicepresidente institucional Emili Rousaud afirmó que el responsable de la contratación de estas empresas había fraccionado en cinco partes la factura por valor de 1 millón de euros. De esta manera, evitaba que el trámite tuviera que ser aprobar por la junta directiva. Los números, pues, cuadran a la perfección.
Con el fin de depurar responsabilidades, el presidente Bartomeu solicitó una auditoría a PriceWaterhouseCooper (PwC) poco después de que estallara la crisis. Los resultados están a punto de salir a la luz y, tal como explicamos este sábado, podrían confirmar que el Barça pagó un sobreprecio por los servicios en las empresas de Ibáñez y que las facturas fueron fraccionadas en cinco partes. La acusación de Rousaud –alguien ha puesto la mano en la caja– gana más fuerza que nunca.