Los culés ya piensan en clave fútbol. El sábado de la próxima semana el Barça volverá a jugar un partido oficial postpandemia del coronavirus, tres meses después de hacerlo por última vez. Del Camp Nou aquel 3 de marzo con la victoria contra la Real Sociedad a Son Moix para jugar el 13 de junio a las 22.00h la 28ª jornada de la Liga Santander.
Y si vuelve el fútbol quiere decir que vuelven los goles, la polémica y la competitividad. El Barça es líder de la Liga con 58 puntos, dos más que el Real Madrid, que será el gran rival en la lucha por el título. Quedan 11 jornadas, con dos partidos por semana, hasta el 19 de julio, cuando previsiblemente se acabe la competición española. Falta por ver si el mes de agosto estará o no reservado para la Champions League.
Pero a pesar de estar dos meses en fuera de juego, confinados, y después un mes entrenando progresivamente sobre el césped, se tiene que decir que el Barça saldrá más ganando que perdiendo. Y hay tres motivos destacados.
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Mejora física
Difícilmente los futbolistas de primer nivel como los del Barça tienen tres meses seguidos sin partidos (a no ser que estén lesionados). Y esta vez ha pasado exactamente esto, pero con cargas de entrenamientos casi diarias desde casa para mantener el tono físico.
Clément Lenglet, defensa blaugrana, afirmaba el pasado domingo que "nos ha ido bien este parón raro... y hemos tenido más tiempo para recuperarnos y descansar". También recordaba que "muchos jugadores no hemos tenido vacaciones durante los últimos años" y físicamente ha sido una manera de volver a un estado óptimo. Incluso, se atrevió a decir que podía ser que estuvieran a un 95%, seguramente en el mejor momento físico de la temporada.
En la misma línea fue Marc-André Ter Stegen, que se atrevió a decir que "raramente hemos estado a un nivel físico tan bueno". Y este hecho les hace ser optimistas ya que "mentalmente estaremos mucho más enfocados en los partidos que quedan", añadía el portero alemán.
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La idea de Setién
Otro punto clave es la adaptación al nuevo entrenador. Quique Setién llegó al Barça el pasado mes de enero y no tuvo mucho tiempo para trabajar sus ideas con el equipo, ya que se vieron lanzados a la rutina de los partidos. Por esto durante los primeros dos meses de Setién no se pudo definir el fútbol que quería el entrenador cántabro, ni los futbolistas se pudieron adaptar a las nuevas directrices que llegaban desde el banquillo.
Con Setién se aplicaron algunos matices antes del parón obligado por el coronavirus, pero ahora ha podido trabajar más tiempo con la plantilla. Este periodo en stand by irá bien al cuerpo técnico y a los futbolistas para acabar de definir el juego que quieren ver sobre el terreno de juego.
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Reset de resultados
Y si físicamente están a un nivel superior y la idea de fútbol la tendrán más clara, ahora quedan los resultados, que sólo pueden ir a mejor. En dos meses en el banquillo blaugrana Setién dirigió 12 partidos, con 8 victorias, 1 empate y 3 derrotas. Pero en los últimos tres partidos se empató en Nápoles, se perdió en el Santiago Bernabéu y se ganó de penalti y por la mínima en el Camp Nou contra la Real Sociedad en el último partido que disputaron.
Las sensaciones no eran buenas y, aunque se situaron líderes de la Liga Santander, fue gracias a los errores del rival. Vivos en la Liga, eliminados de la Copa del Rey y con la Champions en la cuerda floja.
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Visto lo visto, se puede decir que el Barça sólo puede ir a mejor. El parón del coronavirus parece que puede ser una buena manera de hacer un reset para la plantilla. Y aquello que Messi dijo a finales de febrero que "tenemos que seguir creciendo y mucho, porque creo que hoy por hoy no nos alcanza para pelear por la Champions", podría ser diferente.