El Barça ha certificado su acceso a los cuartos de final de la Champions League después de derrotar al Nápoles en el Camp Nou. Esta sentencia -el lead, en términos periodísticos- tendría que ser una buena noticia en clave culé. Y lo es, pero no del todo. Suena extraño decirlo un 8 de agosto, pero la realidad es que los de Quique Setién tienen que mejorar mucho si quieren aspirar a alzar a la Orejuda. El problema, claro está, es que tienen menos de una semana para hacerlo.
Este sábado, el conjunto blaugrana se ha deshecho del Nápoles con cierta comodidad, pero lo cierto es que los italianos podrían haber alterado el rumbo del partido muy pronto, en el minuto 2, cuando Dries Mertens ha enviado la pelota al palo. Su problema y la suerte del Barça es que el punta belga no es Robert Lewandowski. Y si mi abuela tuviera ruedas, sería una bicicleta, debe haber pensado Genaro Gattuso.
En cualquier caso, hay que apuntar que los napolitanos han llegado con regularidad a la portería de Marc-André Ter Stegen, especialmente en la segunda parte. La pelota no ha entrado y los de Setién han podido matar el partido a la contra, pero el marcador no se ha movido y el partido ha muerto sin alteraciones de última hora. Cosas que pasan cuando no estás acertado de cara a portería. Y cuándo estás en fuera de juego. Y cuándo juegas la noche de un sábado de agosto, también.
El próximo viernes, Barça-Bayern de Munich en Lisboa. Partido único. Los alemanes afrontan la eliminatoria después de barrer al Chelsea y con las piernas frescas. Dicen que en el mundo del fútbol puede pasar de todo, pero también dicen que vale la pena declararse a la chica que te gusta. Y después te la pegas de mala manera y lloras a escondidas bajo el almohada. En resumen, que lo más probable es que los culés sufran de mala manera. Al menos no será un mal de amores.
Con Leo Messi sobre el césped, sin embargo, el favorito siempre será el Barça. Es la suerte de tener al mejor del mundo en tus filas. Contra el Nápoles, el argentino se ha rebelado contra Setién y contra todos los elementos para inventarse un penalti y dos goles, uno de los cuales ha sido anulado. Si tienen la ocasión, revisen la acción de su primera diana. Es un golazo, sí, pero si el '10' se escapa de todo el mundo es porque ninguno de sus compañeros se digna a desmarcarse. Y aun así envía la pelota al fondo de la portería. Siguiendo la analogía amorosa, él sería el empotrador.