Raphinha no consigue acabar con las dudas que hay sobre su figura. Aunque protagonizó un buen partido en la victoria contra el Betis, marcando un gol y mostrándose participativo, lo cierto es que sigue estando por debajo de las expectativas que generó con su llegada. Todavía tiene mucho trabajo por delante para conseguir amortizar los casi 60 millones de euros que costó, y de momento ni siquiera se ha asentado como titular.
Aunque la lesión de Ousmane Dembélé le ha abierto las puertas y nuevamente dispone de una buena oportunidad para reivindicarse, parece complicado que consiga convencer a Xavi Hernández, que se ha mostrado bastante escéptico con las habilidades del internacional brasileño. No ha confiado en él, tan solo lo hizo en las primeras semanas, y le exige mucho más. Y la idea de traspasarlo sigue estando sobre la mesa.
Joan Laporta y Mateu Alemany consideran que lo mejor sería deshacerse de un futbolista que aterrizó siendo considerado como una de las grandes estrellas de la Premier League, y que todavía tiene varios pretendientes en Inglaterra. No obstante, los conjuntos que han mostrado interés en el ex del Leeds United, del Stade Rennais y del Sporting de Portugal no se han mostrado dispuestos a ofrecer más de 35 ‘kilos’ por él.
En el Camp Nou confían en que Raphinha pueda reivindicarse hasta el final de la presente campaña, y vuelva a revalorizarse lo suficiente como para poder recuperar gran parte de la inversión que realizaron. Hasta el momento, sus cifras son bastante discretas, y tan solo ha sido capaz de ver portería en cinco ocasiones y de repartir siete asistencias en los 28 choques que ha participado. Unos números que están muy lejos de los que consiguió el curso anterior.
Mucho deberá de mejorar si quiere seguir otro año más en el Barça, y afronta unos meses decisivos para ganarse el derecho a hacerlo.
Raphinha, una apuesta de la directiva
Hay que tener presente que Raphinha en ningún momento fue una petición de Xavi, que se daba por satisfecho con la renovación de Dembélé y con la presencia de Ferran Torres y de Anssumane Fati en la plantilla. Pero fue una apuesta de la directiva del Barça, que creían que era un refuerzo increíble.
Por ello, Laporta y Alemany hicieron un esfuerzo para conseguir firmar al extremo de 26 años, que por ahora no ha sido capaz de devolver la confianza que depositaron en él.