Sabor agridulce. El Barça ganó in extremis este sábado contra el Rayo Vallecano por 2-3, pero el partido de los azulgranas no fue nada bueno. Lo mejor fueron los tres puntos cosechados y la capacidad de reacción, pero se vio un equipo desordenado, nervioso y desconcertado.

Las cruces

Cuesta entender la diferencia que habido en una semana. El Barça venía de hacerle una manita al Madrid (5-1) sin Messi y en Vallecas el partido estaba perdido hasta el minuto 87 contra el penúltimo clasificado de la Liga. Tiene mucho mérito lo que hizo el Rayo, que supo interpretar y se adaptó a las condiciones de juego. No había medio del campo y este factor lo aprovechó el club madrileño.

Pozo y Álvaro dieron la vuelta al gol inicial de Suárez y daba la sensación que el Rayo cada vez se creía más la victoria y el Barça iba asumiendo otra derrota. La conexión brasileña no funcionó y uno de los jugadores más señalados fue Coutinho. El '7' no está dando el paso adelante que se reclama en ausencia de Messi. No probaba el disparo típico con rosca de fuera hacia adentro, no desbordaba y no era decisivo. Fue sustituido en el minuto 65 por Munir.

EFE

Arthur tiene ADN Barça. En los pocos meses que lleva en el club, el mediocampista ha sabido leer cuál es el estilo del equipo y ha ejercido de brújula. No obstante, en el partido de ayer no estuvo a la altura. Cuando el partido se rompió, tendría que haber dado pausa al juego y el equilibrio necesario para remontar. Como Coutinho, fue sustituido en el minuto 65 por Arturo Vidal.

Valverde ha optado por Rafinha como recambio del crack argentino y tanto contra el Inter como el Madrid, la pieza encajó a la perfección. Este sábado, no supo generar los espacios y tampoco crear ocasiones de peligro. Dembélé ocupó su lugar en el minuto 51.

Las caras

Si hay un jugador que se ha llevado el equipo a las espaldas este es Suárez. El uruguayo, que venía de hacer un hat-trick en El Clásico, salió al rescate en Vallecas. Abrió la lata en el minuto 11 con una asistencia de Jordi Alba y volvió a ser el protagonista al 90' anotando la tercera y definitiva diana.

Cuando el partido se está perdiendo, Piqué se transforma en delantero centro. El central tiró de orgullo en los minutos más complicados y fue el encargado de bajar una pelota y asistir a Dembélé en el segundo gol.

EFE

Por su parte, Sergi Roberto es uno de los jugadores indiscutibles en el once inicial. Valverde sabe que en la posición que lo ponga rendirá. De la misma manera que Piqué, el de Reus hizo de sus incursiones para tratar de darle la vuelta al marcador y un centro suyo desde la derecha sirvió para asistir a Suárez en el tercer gol. El Barça sufrió y supo reaccionar y el resultado es que sigue siendo el líder de la Liga Santander.