No hay mejor adversario que el Real Madrid para intentar resarcirse de los golpes recibidos. No hay mejor rival que el equipo blanco para recuperar prestigio y el sitio que le corresponde al todavía campeón de la Liga. No hay un estadio foráneo donde ganar motive más que el Santiago Bernabéu. ¡Vamos Barça! ¡Sin miedo! Como tú sabes. El fútbol brinda estas segundas oportunidades y ante el todopoderoso Real Madrid tienes la ocasión de brindar una enorme alegría a tu gente, a esa afición que te despidió con honores de triunfador el pasado miércoles de la Champions cuando realmente estabas eliminado.
La visita al Bernabéu llega en un momento en el que el Barça puede estar con la moral baja por su ausencia en las semifinales de la Champions. Pero en este clásico, que pilla al Madrid con el ánimo subido, y al Barça con muchos críticos que desean verlo en la UCI o al que ya han sepultado, el desafío blaugrana no es otro que dar un golpe de autoridad.
Impedir la coronación
No hay mayor reto para el Barça en este clásico que el de no permitir que el Madrid proclame su coronación en la Liga. No hay otra consigna que valga para el culé que el salir del Bernabéu con la cara bien alta y el cuerpo henchido de satisfacción.
Sabía el Barça que por mucha razón que tuviera a Neymar no lo iban a dejar jugar ese partido. Conoce el Barça el peligro del Madrid a balón parado como también los errores arbitrales siempre a su favor. Es consciente el Barça de que una derrota suya es deseada por la mayoría de los españoles, ansiosos de derrotar a todo lo que huela a catalanismo aunque sea en el campo deportivo.
Ya sabe el Barça que por los madriles quieren ver a Messi, Neymar, Rosell y Bartomeu en los juzgados o en prisión, antes que verlos triunfadores. Y que pitarán a Gerard Piqué hasta la saciedad. No es un partido en el que sólo estén en juego tres puntos. No es un clásico para definir quién es el mejor entre Messi y Cristiano. Es un duelo para demostrar orgullo, para presumir de bandera, para vanagloriarse de aquello que representas.
No será fácil la contienda deportiva. El Madrid tiene un ataque tan demoledor como el del Barça, pero, además, sabe defender a balón parado y goza de un mediocampo que actúa con mayor dureza que el blaugrana.
Llega el Barça a este partido en desventaja tanto en la clasificación como en la parte anímica, pero necesita con urgencia un triunfo que silencie las voces que llevan toda la temporada vaticinando el fin de un ciclo. Necesita un éxito que recompense la tremenda ovación con la que el Camp Nou lo despidió el pasado miércoles después de ser eliminado por el Juventus de la Champions.
Atacar, atacar y atacar, fue la consigna lanzada por Luis Enrique en la previa ante el Juventus. Y atacar debe seguir siendo el objetivo en el Bernabéu, pero más que nunca cuidando la espalda porque si algo desea el madridismo, y en general el españolismo es humillar al Barça.
Juega sin miedo Barça. Juega como tú sabes, pero no te dejes avasallar. En los últimos años, el Bernabéu te ha ido muchas veces mejor que mal. No desaproveches esta oportunidad. ¡Sin miedo, Barça!