El Barça despide a Andrés Iniesta con una victoria en el último partido de la temporada contra la Real Sociedad (1-0). El Camp Nou homenajea a su capitán y lo convierte en leyenda con una ovación sin precedentes.
Vestido de gala
No era una noche cualquiera en el estadio. En los alrededores del campo se respiraba un aire de trascendencia más propio de una semifinal de Champions. Sin nada en juego y con todo decidido, 85.000 personas se reunían para decirle adiós a un Iniesta vestido con la nueva camiseta del Barça y unas botas diseñadas para la ocasión.
El decorado era inmejorable y el mosaico, de piel de galina. La Real Sociedad, sin embargo, no ha venido a Barcelona a interpretar el papel de invitado cortés. El Barça estaba obligado a picar piedra. Sin Leo Messi, en el banquillo, el equipo tenía que masticar arena ante una Real muy seria en defensa que cortocircuitaba con éxito la conexión entre Iniesta y Philippe Coutinho, los dos grandes generadores de fútbol blaugrana.
El Barça se perdía en ataques tan estáticos como estériles. La falta de profundidad convertía todas las posesiones en previsibles. Ousmane Dembélé, la nota discordante, intentaba cambiar el ritmo con conducciones que siempre acababan en una mala decisión. Los vascos pisaban el área de Ter Stegen y sólo les frenaba la falta de puntería.
Ivan Rakitic ha estado a punto de romper el 0-0 con un cabezazo que se ha marchado rozando el palo en la ocasión más clara de la primera parte. Al juego del Barça le faltaba una chispa que Luis Suárez no podía darle. El público, entre cánticos a Iniesta, ha estallado cuando Raúl Navas ha estado a punto de dejar a Dembélé sin Mundial por una entrada criminal. Una entrada que merecía la roja y sólo ha quedado en tarjeta amarilla.
Homenaje eterno
El Barça rompió la hucha para fichar a Coutinho el pasado mes de enero. El club entiende que el brasileño asegura parte del relevo generacional en el medio del campo. Hoy, haciendo de delantero, ha vuelto a ver portería con una jugada personal e intransferible. Su disparo, enroscado y desde el vértice del área, se ha convertido en el 1-0 después de tocar el palo.
El gol era un pequeño homenaje a la prolífica carrera de Iniesta. Su currículum merecía cerrarse con una victoria y no con un empate. Ernesto Valverde ha querido colaborar a la fiesta con la entrada de Messi. El '10' del Barça sólo ha tardado un minuto en regalar el segundo gol, pero Denis ha fallado cuando lo tenía todo de cara.
La conexión Messi-Iniesta escribía su último capítulo después de sumar 64 títulos. A medida que desaparecía el rigor táctico, afloraba la calidad individual. Con más espacios, Iniesta ha impartido su última clase. Pases, conducciones y recortes. Una ofrenda al club de su vida. El paso de los minutos extremaba los sentimientos en un estadio que seguía negándose a la evidencia.
Nadie se marchaba. Todo el mundo hacía esfuerzos por retener en la memoria cada carrera del capitán. Hasta que ha llegado el momento del cambio. El Camp Nou, de pie, se ha despedido por última vez de Andrés Iniesta. Y ha cantado hasta que ha acabado el partido. El estadio no ha parado de corear su nombre mientras la pelota seguía rodando. Un tributo único a la altura de su fútbol.
Iniesta se marcha después de 674 partidos. El Barça llora.