Ya se puede decir con la boca bien grande: Hansi Flick ha sabido dar con la tecla exacta para reanimar a un equipo que en pocos meses ya ha sumado su primera gran noche europea. Después de un partido que ha rozado la excelencia durante gran parte de los 90 minutos, el Barça ha pintado de blaugrana a su bestia negra, el Bayern de Múnich (4-1). Y es que los barceloneses han dibujado una verdadera oda al fútbol, fundamentada a través de cinco claves que explican por qué este equipo de Hansi Flick puede sentarse en la mesa de los grandes. Por fin, el Barça (parece) que ha vuelto.
La apuesta incondicional por la idea de Flick
En la rueda de prensa posterior al partido contra el Bayern, Hansi Flick ha avisado de que la temporada es muy larga, pero, de momento, solo hay indicios positivos. La plantilla culé, idéntica a la de la temporada pasada exceptuando el cambio de Dani Olmo por Ilkay Gundogan y el fichaje de Pau Víctor, ha conectado desde de un primer momento con la idea de Flick, que es innegociable: presión constante durante los 90 minutos, una línea defensiva que siempre busca provocar el fuera de juego rival y un fútbol vertical buscando la portería contraria constantemente. La gran incógnita antes del partido contra el Bayern era saber si el Barça sería capaz de llevar este juego contra uno de los rivales más peligrosos de Europa. Ya está resuelta: la fórmula de Flick no se negocia de ningún modo.
La excelencia física que exige Flick
Para poder implementar esta idea de forma eficaz, es necesaria una condición física impecable. Durante las primeras semanas de Flick en Barcelona, todos los jugadores blaugrana destacaban el gran trabajo físico que se estaba haciendo. Y el resultado se ha visto desde los primeros partidos del Barça de la temporada. De hecho, Joan Laporta explicó que, todavía durante la pretemporada, cuando el conjunto barcelonés derrotó al Real Madrid, el entrenador alemán no acabó satisfecho con el equipo porque "solo presionó 70 minutos". Contra el Bayern, los barceloneses corrieron 28 kilómetros más que durante el 2-8 del 2020. Un dato que representa el impulso físico que ha cogido al Barça durante este inicio de curso.
La Masia, el eje vertebrador del Barça de Flick
Si nos trasladamos al terreno de juego, la gran protagonista de este inicio de temporada es la Masia. De la alineación que ha presentado el Barça para medirse al Bayern, hasta seis jugadores han sido formados en las categorías inferiores culés: Iñaki Peña, Pau Cubarsí, Alejandro Balde, Marc Casadó, Lamine Yamal y Fermín López. En la segunda parte, Dani Olmo, Ansu Fati, Pau Víctor y Gavi completarían este fascinante dato. Es decir, 10 de los 16 futbolistas que participaron ayer, han pasado por los campos de la Ciudad Deportiva Joan Gamper. A Hansi Flick no le ha temblado el pulso a la hora de apostar por los jugadores más jóvenes formados en el club y ahora obtiene su recompensa.
Marc Casadó, el ancla de un medio campo de muchos quilates
En este sentido, de todos estos nombres citados anteriormente, la gran revelación es Marc Casadó. Con 21 años, ha pasado de ser uno fijo del Barça Atlètic sin casi oportunidades en el primer equipo a dominar el medio campo contra todo un Bayern de Múnich. Porque Casadó es el hombre que lo compensa todo. El talento brillante que están exhibiendo Pedri, Lamine, Raphinha no tendría sentido si detrás no hay el "17" blaugrana barriendo cada jugada. Además, con pelota también es una gran solución para batir las líneas de presión rivales. En definitiva, el pívot catalán es uno de los "fichajes" de la temporada.
La fuente inagotable de talento y gol de la delantera
Y del medio campo tenemos que pasar a la delantera, el eje del equipo, porque el Barça es el equipo más goleador de Europa. Raphinha quiere entrar en el panteón de los mejores brasileños de la historia de la entidad barcelonesa, Robert Lewandowski ha recuperado su eficacia goleadora y Lamine Yamal es una de las grandes admiraciones en el fútbol europeo.
Todavía falta una cuarta pieza en este puzzle. Dani Olmo empezó el curso de forma intratable, pero contra el Bayern fue Fermín López quien demostró que, gracias a su pasmosa facilidad para sumar estadísticas, tiene que tener muchos minutos.