Primer partido oficial del Barça de Ronald Koeman. Primera victoria. Primer recital. Sólo hemos podido ver la versión competitiva del conjunto blaugrana durante noventa y tres minutos, pero así y todo toca hacer balance de lo qué ha sucedido sobre el césped del Camp Nou. Por algo nos pagan, claro está.
Ansu. No soy original, pero hay que hablar de él. Con sólo diecisiete años, el extremo hispano-guineano se ha convertido en una pieza clave para el equipo. Calificarlo de promesa de futuro ya no tiene ningún sentido. Ansu está en disposición de ser titular indiscutible por méritos propios: es un puñal por banda izquierda y, delante de portería, tiene el acierto de un delantero centro. De un delantero centro de primer nivel. Que su explosión se produzca cuando Leo Messi empieza a apagarse es una broma del destino que el madridismo tendrá que asumir con resignación. Cuando el '10' lo deje, el '22' ya estará más que preparado para asumir su relevo.
Messi. Se ha ganado el derecho a hacer lo que quiera. Dentro y fuera del césped. Después de quedarse de mala gana, hay quien ponía en duda que estuviera dispuesto a rendir sobre el césped. Esta noche, sin embargo, ha necesitado pocos minutos para demostrar que sigue siendo el mejor. Sin Luis Suárez, el capitán ha sido el hombre más adelantado en los primeros compases de partido, pero con el paso del tiempo ha retrasado su posición —marca de la casa— para dedicarse a crear juego. Y, como de costumbre, ha funcionado. Lo que decíamos, que puede lo que quiera.
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Coutinho. Esta sí que no la esperábamos. Por lo visto, participar activamente en la paliza que el Bayern propinó al Barça fue una inyección de moral para el mediapunta brasileño. Una especie de redención de sus propios fantasmas. El club no lo ha podido traspasar y, contra todo pronóstico, lo puede acabar celebrando. Delante del Villarreal, el '14' ha hecho gala de su calidad para comandar varias transiciones peligrosas. Gran noticia.
Doble pivote. Lo intuimos en los amistosos y se ha confirmado en partido oficial: Koeman apuesta por el doble pivote, un sistema que despierta suspicacias entre los más puristas. El tiempo dirá si es una apuesta acertada o no, pero queda claro que esta beneficia a Frenkie De Jong, y es que el holandés ha reproducido las prestaciones que muestra con la selección de su país. La llegada de su compatriota lo puede liberar.
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Calma. El Barça ha enamorado por momentos pero no se pueden lanzar campanas al vuelo. Y si no me creen, quédense con estos dos datos: el Tata Martino se estrenó con un 7-0 y Unai Emery ha perdido los 14 partidos que ha dirigido en el Camp Nou. Es un buen invitado, sí.
La moción de censura. Que lo qué sucede sobre el césped no eclipse la realidad institucional del club. Fiarlo todo a los resultados, tal como pasó en el año 2015, podría provocar que el club volviera a tomar el rumbo equivocado.