El Barça de Hansi Flick vive en una nube del cual se niega a bajar. Su inicio de temporada ha sido inmejorable, y hoy ha confirmado las buenas sensaciones recogidas en las tres anteriores jornadas con una fiesta a costa de un Valladolid tímido (7-0), resignado a un papel de espectador. Los protagonistas, Raphinha - autor de un hat-trick - Lewandowski, Kounde, Dani Olmo y Ferran Torres, los goleadores de esta tarde idílica. Pero este triunfo, que permite a los blaugrana marcharse al parón de selecciones con un pleno de puntos (12 de 12) y líderes en solitario, ha sido el de la coralidad. Ningún jugador ha bajado del ocho y la voracidad que han mostrado ha hecho enamorar a un Montjuic que ha recuperado la ilusión. Que este amor de verano no se acabe nunca, Hansi.

Recital blaugrana en un inicio de partido impecable

Bajo un solo radiante de verano, el amanecer del partido ha sido frenético. Los futbolistas del Barça ya hace mucho tiempo que han vuelto de las vacaciones y a las órdenes del nuevo profesor, Hansi Flick, no se regala nada. Intensidad, ritmo y velocidad son las credenciales de un equipo que ya tiene un nuevo alumno aventajado: Dani Olmo. El egarense no ha necesitado tiempo para adaptarse a un sistema que saca su mejor rendimiento. Tanto es así que en los 10 primeros minutos ha estado a punto de anotarse un gol. Primero, chute en el palo aprovechando un rechazo del portero rival; después, gol anulado por fuera de juego.

Dani Olmo, en acción durante su primer partido en Montjuïc / Foto: EFE

Estos dos sustos sobre la portería vallisoletana ha sido la antesala de la fiesta blaugrana. Solo unos minutos más tarde, un Pau Cubarsí que por momentos recuerda más a un mediapunta que un central, ha citado Raphinha al espacio con un pase milimétrico que el brasileño ha recogido para abrir la lata con un chute cruzado, imparable para Karl Hein (1-0, min. 20). Lo más complicado ya estaba hecho. Solo faltaba rematar el trabajo. Y aquí es cuando ha aparecido la dupla de moda de este inicio de temporada culé. Lamine Yamal ha encontrado Lewandowski a espaldas de la defensa del equipo de Pezzolano y el polaco ha hecho lo que mejor sabe hacer: definición impecable y celebración con los culés (2-0, min. 24).

En menos de media hora, el partido estaba sentenciado. Pero recordando los tiempos dorados del Barça, el equipo no ha frenado. La posesión seguía siendo suya y las ocasiones no se detenían. En este sentido, quien más lo ha probado ha sido Dani Olmo, que ha vuelto a estrellar una pelota en la madera de la portería vallisoletana. El telón del primer acto estaba destinado a bajarse con este resultado, pero el hambre de este elenco parece no tener límites. En el tiempo de descuento de la primera parte, Jules Kounde ha recogido un córner y con un potente chute ha ampliado ulteriormente la distancia (3-0, min. 45+2).

Lewandowski celebra su gol durante el Barça - Valladolid / Foto: EFE

Una tarde de verano convertida en una fiesta

La segunda parte, ya se ha convertido en una fiesta total. El público, entregado con sus jugadores. Y ellos, respondiendo a base de espectáculo. Combinaciones rápidas, intentos de chilena, chutes desde la distancia... Ahora bien, hay una cosa que con Hansi Flick no se negocia: la presión y la voracidad. Sea cuál sea el resultado, la idea del equipo es buscar siempre el gol. Y las ocasiones tampoco han faltado de nuevo.

Los barceloneses han desperdiciado varias oportunidades, pero en el minuto 64 se han reencontrado con la suerte. Ya con varios jugadores secundarios en el campo como Eric Garcia o el debutante Sergi Domínguez, Raphinha ha sido el más astuto dentro del área para aprovechar una serie de rebotes y anotar el cuarto en portería vacía (4-0, min. 64). El brasileño, uno de los soldados de Flick, ha confirmado su estado de gracia con un nuevo gol, que ha materializado su primer hat-trick como culé. Esta vez, con un gol de una belleza mayor: pase al espacio de Lamine Yamal, impoluto, y definición con su pierna buena (5-0, min. 72).

Raphinha, uno de los grandes protagonistas de la fiesta azulgrana / Foto: EFE

Dani Olmo y Ferran Torres ponen la guinda

Y mientras que Raphinha es puro trabajo e instancia, Dani Olmo es la magia. Faltaba su gol, y justo antes de ser sustituido lo ha encontrado. Un gol excepcional, que ha hecho levantar al público culé de sus asientos. Después de varios recortes, chute cruzado y el sexto en el marcador (6-0, min. 83). Pero el encargado de poner la guinda ha sido Ferran Torres, con un gol de '9' (7-0, min. 85), que ha servido para cerrar una tarde de ensueño en Montjuic.