Nuevo episodio del serial que se vive en can Barça por el voto de censura impulsado contra Josep Maria Bartomeu. Este viernes, el responsable de los servicios jurídicos del club blaugrana, Román Gómez Ponti, puso en duda el proceso de validación de firmas de la moción. "Quizás algunas firmas formalmente correctas son falsas", se atrevió a afirmar en una entrevista en Catalunya Ràdio.
Gómez Ponti, además, aseguró que "presidente de la mesa se negó a que los grafólogos lo revisaran todo", haciendo referencia a Josep Maria Vallbona, representante de la Federación Catalana de Fútbol (FCF); y también que la Secretaria General de l'Esport se salta la ley con el fin de permitir que el voto de censura saque adelante, hecho que es mentira. Todo, claro está, con el fin de ensuciar uno de los procesos sociales más democráticos de los últimos años en el Camp Nou.
Las acusaciones del jefe de servicios jurídicos del Barça, sin embargo, no han pasado desapercibidas en la FCF y en la Generalitat. En declaraciones en TV3, Vallbona y Gerard Figueras, Secretari General de l'Esport, se defendieron sin contemplaciones.
"Ha sido el proceso más transparente de la historia del Barça y se ha hecho como lo acordó la mesa por unanimidad. A mí nadie me ha llamado la atención. Estoy muy satisfecho del trabajo hecho y tengo la conciencia muy tranquila", dijo Vallbona, presidente de la mesa del voto de censura que conforma junto con Jordi Farré y Josep Triadó, por parte de los promotores de la moción, y Marta Plana y Jordi Argemí, como representantes del Barça.
Más contundente fue Figueras, quien negó que la Ley del Deporte impida que se lleve a cabo un voto de censura durante el coronaviurs. "Me sorprende y me molesta la acusación. Quien mejor sabe en qué consiste la ley somos nosotros. Sólo ponemos las reglas y hacemos que se cumplan. Entiendo los nervios, pero no son las formas", afirmó.
Y añadió: "No nos saltaremos la ley los que la hemos impulsado, la modificamos para facilitar la gobernanza telemática en un contexto de pandemia. Se puede convocar el voto de censura sin ningún impedimento legal si la junta lo activa".
Más claro, imposible. Bartomeu está atrapado y se agarra a cualquier clave ardiente a fin de que la moción no salga adelante. Lo qué seguramente no ha contemplado es que, mientras tanto, su jefe de los servicios jurídicos está haciendo el ridículo en todas las radios del país.