El caso Barçagate es una gran telaraña oculta dentro del Futbol Club Barcelona a partir de la cual se taparon y escondieron contratos a un grupo de empresas que tenían como objetivo blanquear la imagen del presidente Josep Maria Bartomeu. Un arma secreta que utilizó a trabajadores del club, estructuras internas y más de un millón de euros del Barça con finalidades personales.
Es una de las principales conclusiones de los Mossos d'Esquadra, que dirigen la investigación que el lunes explosionó con la detención de los cuatro principales responsables de la trama: Josep Maria Bartomeu, expresidente del Barça; Romà Gómez Ponti, jefe de los servicios jurídicos del Barça; Jaume Masferrer, exasesor y mano derecha de Bartomeu, y Òscar Grau, CEO.
La trama, sin embargo, estaba dirigida por Masferrer. La ideó y puso en marcha. De hecho, era el único que ponía los pies en las oficinas de Nicestream, el grupo de empresas que creó los perfiles de Twitter falsos con los cuales se jugaba al ataque contra los rivales de Bartomeu ante posibles mociones de censura, discursos críticos con la candidatura del presidente del Barça o nuevas candidaturas en unas futuras elecciones que pudieran arrebatarle el cargo.
Los creadores de las cuentas fake explicaron el lunes a los Mossos qué órdenes tenían y qué objetivos tenían que cumplir. De los que tenían algún contacto con el Barça, todos coinciden en que el orquestador era Jaume Masferrer. Era el único que pisaba las instalaciones de las empresas de Nicestream. Algunos de ellos tenían contacto con él por correo electrónico.
A pesar de que la mayoría asegura que no recibieron órdenes de perjudicar a terceros, lo cierto es que los objetivos marcados eran muy claros: generar contenido digital positivo de la gestión del Barça, mejorar la imagen de Josep Maria Bartomeu, minimizar las críticas que recibía el presidente en las redes sociales y erosionar la imagen de Jaume Roures. Roures es uno de los objetivos más claros. Es uno de los que figura en la lista de periodistas, comunicadores y personas críticas con la directiva del club a los cuales se tenía que desactivar. Entre los objetivos había que todos los perfiles fueran virales.
La empresa se dedica a hacer guerra sucia en las redes sociales, difamar a los rivales y gestionar los comentarios críticos contra las personas que la contratan. "Durante años y de manera periódica se alimentaron perfiles de Twitter y Facebook contra cualquier persona que representara una amenaza para Bartomeu", dicen en su informe los Mossos.
Aunque los objetivos no son delito, sí que lo es la forma de ponerlo en práctica. Se trata de un caso de corrupción en los negocios en el que se habría utilizado dinero del Futbol Club Barcelona con finalidades presuntamente particulares, en beneficio personal, con contenidos difamatorios sobre personas contrarias a la dirección del club y en perjuicio del patrimonio de la entidad.
Escondiendo y troceando facturas
Según revelan los atestados policiales que forman parte del sumario, a los cuales ha tenido acceso ElNacional.cat, sobre las declaraciones de los trabajadores, tanto del Barça como de las empresas de monitorización de redes, que hicieron el mismo lunes 1 de marzo durante los registros, se creó un proceso paralelo de contratación y pagos al margen de lo establecido por la junta directiva del Barça y los protocolos internos. Hasta el punto de que algunos trabajadores introdujeron los contratos de Nicestream dentro del sistema informático. Un hecho "no habitual" y que "sólo pasaba con este proveedor", según explica una de las trabajadoras del club que recibía órdenes directas de Masferrer.
La misma trabajadora detalla cómo se fraccionaban las facturas. Algunas de ellas se escondían entre los presupuestos de la Masia, sin que se obtuviera ningún trabajo a cambio.
Para montar toda la estructura, el director de Nicestream, Carlos Ibáñez, investigado también, ofrece a Masferrer una estructura mercantil de hasta ocho empresas diferentes.
La lista negra
La lista negra del Barçagate no sólo está formada por periodistas. También hay exdirectivos del Barça como Joan Laporta, expresidente y candidato a la presidencia del club, o Xavier Sala-i-Martin, exvicepresidente económico del Barça. Otra persona del entorno Laporta, la exdirectiva blaugrana Maria Elena Fort, también consta en el listado de nombres.
En el entorno de los medios de comunicación, hay cinco periodistas: Jordi Costa, de Catalunya Ràdio; Gerard Romero, de RAC1; Frederic Porta, entonces en Ràdio Reus y Diari de Tarragona; Xavi Torres de TV3; Antoni Bassas, del diario Ara y actual mano derecha de Víctor Font, y Oriol Domènech, miembro de la agencia Media Base Sports. En algunos casos, acompañaban el nombre con una breve descripción de por qué tenían que estar en la lista negra. Por ejemplo, de Jordi Costa explican que "critica permanentemente a Barto y a su junta, es indepe, hay que hacer un research". Y también detallaba el programa que presenta, Tot Costa en Catalunya Ràdio. Parte de este informe ha sido publicado en la emisora pública, con la captura de pantalla de un correo electrónico.
De Antoni Bassas explican que "la mujer fue despedida por Barto". El periodista, al saber que se encuentra en la lista, llega a la conclusión de que "este tema no es un incidente aislado, es cultural, es la cultura del estás conmigo o contra mí, de la impunidad, de la testosterona, de la intimidación y el miedo".