El partido decisivo de la Liga Santander ha acabado con empate a nada. Barça y Atlético de Madrid no han podido mover el marcador del Camp Nou y se quedan tal como estaban en la clasificación (0-0). Y quien sale beneficiado es el Real Madrid, que depende de sí mismo para ganar el título y con una victoria este domingo contra el Sevilla podría recuperar el liderato.

Un duelo táctico demasiado pasivo

Día decisivo en la Liga y onces de gala. Siguiendo con el 3-4-3, con Ronald Koeman sancionado en la grada, los titulares del Barça han sido los de casi siempre, con Mingueza en la defensa y Dest en el carril. El resto, los habituales, con Messi liderando.

Pero el Barça y el Atlético han salido con el freno de mano cogido. Posesión absolutamente blaugrana, que ha encontrado habitualmente al '10', pero Messi ha estado muy vigilado. Diego Pablo Simeone ha sido precavido, con un 4-4-2 clásico, y en el día del retorno de Luis Suárez en el Camp Nou.

Luis Suárez y Leo Messi hablando / EFE

Y poco ha tardado en verse que sería un duelo más táctico que vistoso. Si el Barça ha controlado, mucho le ha costado ser profundo y, sobre todo, rematar a la portería rival. La primera gran ocasión blaugrana ha sido de Griezmann en el minuto 29 con un disparo demasiado lejano. Momento en el cual el partido ha cambiado por un encontronazo de Busquets en la cabeza que le ha dejado mareado y el Barça se ha visto obligado a hacer entrar a Ilaix Moriba en su sitio.

El Atlético, con la marcha de Busquets, se ha repuesto. Los colchoneros también han tenido que hacer un cambio, entrando Saúl por una lesión muscular de Lemar. Y en el último cuarto de hora de la primera parte el Atlético ha sido muy superior. Presionando más arriba, aprovechándose de un Barça descolocado, han provocado el lucimiento de Ter Stegen. Hasta tres ocasiones claras y algún otro aviso de Carrasco y Marcos Llorente en velocidad, pero el portero alemán del Barça ha estado inmenso.

Messi marchándose en velocidad / EFE

Una obra de arte de jugada de Messi antes del descanso, marchándose de hasta cuatro rivales y chutando con intención, ha sido la mejor ocasión del Barça. Y si el portero Oblak había sido poco exigido, cuando ha hecho falta ha respondido. El Barça se ha mostrado demasiado pasivo y en ningún momento se ha notado que el partido fuera tan decisivo para el futuro de la Liga.

El partido se acelera pero no cambia

Y a pesar de volver al césped con una pasividad parecida, en la segunda mitad el Barça por fin ha llegado con peligro al área colchonera. Dest con espacios es muy rápido, siempre que Messi tocaba el balón pasaban cosas, y por fin se ha rematado con intención. Lenglet ha quitado un gol hecho a Araujo, Piqué ha hecho estirar a Oblak, Messi lo ha probado de falta e Ilaix ha estado a punto de fusilar.

Messi arrodillado durante el partido / EFE

El Barça ha puesto una marcha más y el gol ha llegado con un remate de cabeza de Araujo, pero estaba en fuera de juego. Y todavía sin goles, los dos equipos han apostado por sus revulsivos. Han entrado Joao Félix y también Dembélé y Sergi Roberto. El partido se ha acelerado y el último cuarto de hora se ha convertido en un ir y volver constante.

Un empate no servía a ninguno de los dos equipos, pero nadie ha sido capaz de marcar un solo gol. Nada cambia en la clasificación de la Liga y el Real Madrid ahora depende de él mismo para ganar el título. El Barça tiene la diferencia de goles perdida contra los dos equipos de la capital española. El título está complicado para los culés.

 

Imagen principal: Messi y Oblak saludándose / EFE