Eliminación. Humillación. Final de ciclo. Se acaba un equipo histórico. Lo que queráis. El Barça ha dado pena en Lisboa en los cuartos de final de la Champions League. El Bayern de Munich ha hecho lo que ha querido con un Barça que ha perdido el crédito que le quedaba (2-8). Y acaba la temporada sin ningún título y con la obligación de hacer un cambio radical en el club.

El Barça pierde los colores

Un festival de goles para empezar, pero convirtiéndose en un durísimo correctivo para el Barça. Ya en el minuto 4, cuando todavía muchos ni estaban atentos al partido, Müller ha aprovechado la primera ocasión de los bávaros para empezar a rascar en la herida del Barça. En un partido eléctrico, Alaba ha igualado tres minutos después para empatar el partido en propia portería.

Sin quererlo, un Barça descolocado, débil e inocente, ha visto cómo los viejos fantasmas le pasaban por delante. Tan frágiles como aquel recordado día de Liverpool. Y con aquella mirada, como la de un Leo Messi sin ánimo para hacer nada, ha visto cómo la máquina del Bayern empezaba a carburar.

Messi con la mirada perdida

Adiós a la Champions

Aunque los de Quique Setién querían hacer daño al espacio, con un Bayern con las líneas muy avanzadas, la falta de ritmo, la poca velocidad punta y la poca coherencia grupal, ha inhibido el peligro del Barça.

Y gracias a esta ineficacia culé, los bávaros han goleado. Gol de Perisic en el minuto 22, gol de Gnabry en el 28 y otro de Müller en el 31. A la media hora de juego el marcador ya era de 1-4 y el Barça estaba siendo humillado como nunca.

No funcionaba nada. El plan de Setién de sacrificar a Griezmann y poner a Arturo Vidal en el medio del campo para evitar los rápidos ataques del Bayern no ha servido. Messi, cabizbajo y anulado, ha sido el reflejo de un nuevo final de una era.

Ni un poco de orgullo

Pero también se tiene que decir que a pesar de tenerlo todo perdido y recibiendo un severo correctivo, el Barça ha sacado el orgullo. Un poco. Un pasajero gol de Luis Suárez, que ha hecho el 2-4 en el minuto 57, ha dado una última esperanza a los culés.

Pero el Bayern ha vuelto a hacer de las suyas. Jugando con el Barça como quería, Davies ha hecho una jugada espectacular desde la banda izquierda del ataque y después ha regalado el quinto gol a Kimmich.

Luis Suárez celebrando su gol

Setién ha vuelto a mover piezas y después de hacer entrar a Griezmann en el descanso, a falta de veinte minutos para acabar la pesadilla ha hecho saltar al campo Ansu Fati. Cuatro delanteros para el Barça. A todo o a nada.

Y ha sido a nada. Volviendo a sufrir, sin casi ni acercarse a la portería de Manel Neuer, Coutinho ha servido el sexto gol al Bayern. El autor, Lewandowski. Y antes de acabar, la humillación definitiva: dos goles de Coutinho. 2-8.

Setién en el banquillo

La cruda realidad

La realidad es dura, pero también necesaria. El Barça ya no es aquel equipo que muchos recuerdan ni que muchos quieren creerse que todavía vive. Ni Luis Suárez, ni Piqué, ni Busquets, ni Jordi Alba, ni incluso Messi es el de antes.

Se podría decir que el Barça ha recibido el correctivo que merecía. Más duro que el de Liverpool y muy superior al de Roma. Temporada en blanco, sin títulos, 12 años después. Primera vez que al Barça le marcan 8 goles en la Copa de Europa. Y gracias al Bayern para no hacer 15. Cambio de entrenador y cambio de todo. El Barça ha tocado fondo.