La Liga ya está aquí. El Barça ha hecho el trabajo, ha ganado al Levante y ha conseguido el objetivo. Nuevamente Leo Messi ha demostrado quién es el campeón y se confirma que los culés no tienen rival en España (1-0).
Coutinho es insistencia
El Camp Nou quería vivir la fiesta del campeonato. Y el Barça lo ha puesto todo para conseguirla. A pesar de no jugar Messi de inicio, con un Ernesto Valverde que piensa más en la Champions que en una Liga ya decidida, los catalanes han presentado las credenciales para levantar el título. También ha descansado Busquets, pero con Arthur, Arturo Vidal, Dembélé y un nuevo Coutinho todo iba en la dirección esperada.
Ya hace días que el equipo se autogestiona, sabe cuándo acelerar y cuándo descansar. Desde la temporada pasada en la fatídica noche de Roma que se produjo una maduración inmediata. Y también se tiene que sobrevivir sin Messi. Y las funciones del argentino, de mover al equipo, de crear juego y crear el peligro, han sido adoptadas por Coutinho.
El brasileño parece que ya ha dado aquel paso adelante que se le pedía. Cuatro disparos en media hora y un disparo de falta al larguero. Sólo le ha faltado el gol. Además, el resto del equipo lo ha acompañado. Dembélé ha sido un constante puñal en la banda derecha, Semedo más profundo que nunca, y la pelota circulaba con fluidez en el medio del campo. Detrás no han sufrido porque el Levante ha quedado anulado desde el primer minuto por la intensidad y el dominio culé.
Messi es sentencia
Pero faltaba el gol y también aquella aparición para mover el marcador y después ya tirar de inercia. El Atlético de Madrid, el gran rival, hace semanas que no perdona ni un punto y el Barça ha tenido que hacer el trabajo que le tocaba sin excusas. La Liga ya se tocó por Sant Jordi, pero en este partido contra el Levante, con todo el Camp Nou preparado para la fiesta, sólo le faltaba el gol que condujera a la sentencia.
Y el conductor ha sido el de siempre. Messi ha empezado desde el banquillo, pero en la segunda mitad ha salido al campo desde los vestuarios. 45 minutos para ganar una Liga. El argentino sólo ha tardado cinco minutos en hacer el primer disparo y diecisiete en marcar.
El Barça ha sido otro en la segunda parte con Messi. Conexiones constantes que pasaban por el argentino y el juego se aceleraba. Se olía el gol y ya cuando los 91.917 espectadores esperaban la resolución, Messi ha aparecido. Arturo Vidal ha asistido con la cabeza y el '10', deteniendo el juego como no lo hace nadie más, se ha creado el espacio ya dentro del área para hacer una rosca prodigiosa. El portero del Levante, Aitor Fernández, que hasta entonces había sido un muro, no ha podido frenar al futbolista más decisivo de la Liga.
La supervivencia y resistencia constante del Levante ha durado 62 minutos. Y de la pérdida de tiempo en cada jugada de los valencianos han pasado a las prisas. Y esto ha provocado una ida y vuelta sin tregua. Ocasiones para las dos bandas, nervios del Camp Nou, pero los culés han empezado a cantar el clásico "campeones, campeones". La Liga ya estaba decidida.
El Levante se ha vuelto a marchar del Camp Nou con una derrota y sigue sin puntuar en Barcelona. Pero finalmente el Barça ha llegado a los puntos necesarios para decir que ya son campeones de Liga. 8 de las 11 últimas Ligas conseguidas. A sólo 7 del Real Madrid en el palmarés histórico. Y ahora toca pensar en la Champions y la Copa del Rey con el triplete como objetivo.