El Barça está inmerso en una grave crisis deportiva, pero seguramente la crisis es peor a nivel de club. Unos años atrás parecía que el futuro sería brillante a nivel de ingresos, pero la pandemia del coronavirus ha acabado trastocando el presente de la entidad. Los problemas económicos actuales, marcados por la deficiente gestión de Josep Maria Bartomeu y de su junta directiva, serán seguro un lastre para el club.
Hace unos días se filtraban los primeros datos preocupantes del Barça, y ahora se confirman las peores expectativas y se reafirman los problemas. Y es que tal y como se aprecia en la memoria anual del club, la deuda total del Barça asciende a los 1.173 millones de euros. A corto plazo esta deuda se rebaja a 730 millones y el fondo maniobra es negativo de 602 millones de euros.
Hablando de los préstamos, el total sube a los 200 millones, mientras que 90 de ellos son a Goldman Sachs. Una situación actualmente inasumible para un club que parece ir directamente a la deriva.
No se pueden pagar los sueldos de los futbolistas
Otro de los grandes quebraderos de cabeza esen el apartado económico dentro de la plantilla. La masa salarial es cada vez más preocupante y actualmente representa el 74% en relación a los ingresos. Por este motivo las negociaciones con los futbolistas para reducir los pagos de los contratos son obligadas.
Además, según la misma información, el Barça está buscando un nuevo préstamo de 100 millones para pagar los sueldos de los futbolistas de estos próximos meses.
Ingresos que no llegarán
El club tenía calculado poder ingresar unos 56 millones de euros por ventas de Estadio y todo lo que está relacionado con el Camp Nou. Todo esto también suponiendo que en febrero pudiera entrar un 25% de público en los partidos y hasta un 50% en mayo. Nada de esto parece que sea posible a estas alturas.
La situación es increíblemente inquietante. No sólo quiere decir que el Barça esté metido dentro de una profunda crisis económica, sino que en el futuro más inmediato también se seguirán arrastrando estos problemas. El Barça ya empieza a entender que los próximos años serán de austeridad y de confiar en la Masia.