Objetivo cumplido. El Barça sigue sin fallar en la Champions: 4 de 4 victorias, la última, en casa del Dinamo de Kiev en un partido de muchas rotaciones, muchos cambios y muchos nombres nuevos.
Después de dejar en Barcelona a Leo Messi y Frenkie de Jong, Ronald Koeman ha presentado su equipo B, que ha hecho los deberes, pero poca cosa más. El partido ha sido aburrido, con una primera parte infumable y un segundo tiempo de trámite en el que se han acabado imponiendo por el talento individual.
Sin ilusión
Los jugadores que tendrían que tener más ilusión por jugar, no han ilusionado, y lo más destacado ha sido el movimiento de Koeman en la pizarra. Mingueza ha debutado como central en el primer equipo, como el sustituto del lesionado Piqué, Riqui Puig se ha estrenado en la Champions, de la misma manera que Kornad y Matheus. Sí, Matheus, aquel jugador que todavía no habíamos oído hablar de él ha estado sobre el césped del Estadio Olímpico de Kiev.
Un partido como el de hoy es de aquellos que da pereza jugar para los más veteranos, ya experimentados en muchos duelos, pero que era necesario para acceder a la siguiente fase de la máxima competición en Europa. De momento, la Champions es el refugio para los de Koeman, mientras en la Liga no despiertan.
Los blaugrana se despiden de la fría Kiev para poner rumbo a Barcelona con una incógnita: ¿funcionarán las rotaciones contra otros equipos?