Que la Champions League vuelva al Camp Nou tendría que ser motivo de alegría. Pero no lo es. Este sábado, el Barça recibe al Nápoles en un partido correspondiente a la vuelta de los octavos de final de la Champions League. La ida, quizás no lo recuerdan y no los culpo, acabó con empate (1-1). Juego soporífero y coronavirus, un cóctel explosivo que, como si se tratara de una mala resaca, ha borrado de nuestra memoria los hechos que se vivieron en San Paolo el pasado 25 de febrero.
Si decimos que la reanudación de la máxima competición continental no es una alegría, sin embargo, es porque el Barça y Setién tienen pocos motivos para sonreír. En caso de que el conjunto blaugrana no haga los deberes contra el Nápoles, despedirá la temporada 2019/2020 sin ningún título en el casillero. El técnico cántabro, por su parte, se juega el cargo: si su equipo se clasifica, seguirá en el banquillo del Camp Nou; si cae, tendrá que devolver con sus queridas vacas. Una derrota, además, haría más grandes las heridas de Roma y Liverpool. La presión es máxima.
Sin Busi ni Vidal
La inestabilidad del club y el hecho de que la Champions se haya tenido que aplazar seis meses, sumado a las minivacaciones que los futbolistas del primer equipo han celebrado después de la Liga, ha hecho olvidar que el Barça tendrá que recibir el Nápoles con dos bajas de peso: Sergio Busquets y Arturo Vidal. Los dos mediocampistas se pierden el duelo por sanción, de manera que Setién no tiene margen para hacer muchos inventos. Frenkie de Jong y Sergi Roberto se perfilan como titulares, mientras que la tercera plaza de la medular será para Ivan Rakitic o Riqui Puig. El interior de Matadepera ya ha demostrado que está más que capacitado para comandar el equipo, pero el técnico cántabro podría apostar por el '4' croata. O dicho de otra manera, el entrenador tendrá que decidir si quiere dar continuidad a la circulación de pelota o prefiere respetar los egos del vestuario. A estas alturas quizás ha llegado la hora de morir con sus ideas.
En la delantera, dicotomía similar. Antoine Griezmann sufrió una lesión en el cuadríceps el pasado 11 de julio, pero este viernes recibió el alta médica y, en principio, está en plenas condiciones para disputar el partido. Aun así, el francés podría quedarse en el banquillo si Setién apuesta por otra estrella emergente, Ansu Fati. El extremo de 17 año no para de marcar goles y su frescura será necesaria para castigar la defensa napolitana.
En el resto del once no tendría que haber sorpresas. Los laterales serán para Nélson Semedo y Jordi Alba, el eje de la defensa para Gerard Piqué y Clément Lenglet, y la delantera, aparte de Griezman o Ansu, la conformarán Leo Messi y Luis Suárez.
El Nápoles, a un paso de la historia
El Nápoles de Gennaro Gattusso, por su parte, buscará clasificarse para los cuartos de final de la Champions por primera vez en su historia. En las dos últimas oportunidades que tuvo, en los años 2012 y 2017, cayó contra el Chelsea y el Real Madrid respectivamente, dos equipos que curiosamente después fueron campeones.
El técnico italiano ha incluido a Lorenzo Insigne en la lista, aunque parece poco probable que sea titular, y es que el extremo y capitán de los napolitanos se lesionó en el último partido de la Serie A. Quiénes sí que estará sin ningún tipo de duda son Dries Mertens y el ex del Espanyol y el Madrid José Callejon, dos piezas innegociables para Gattusso. Tampoco se lo perderá el andaluz Fabián Ruiz, quien coincidió con Setién en el Betis y ahora está en el radar del Barça.
El 11 de ElNacional.cat