Es buenísimo que el Barça forme a grandes futbolistas, surgidos en la Masia, y que puedan tener minutos de primer nivel y convertirlos en estrellas. El último caso ha sido el de Lamine Yamal, uno de los grandes animadores culés de los últimos tiempos y uno de los que también ha tenido su protagonismo en el estreno de esta temporada en LaLiga EA Sports. Pero también es verdad que no se puede abusar de utilizar a los jóvenes, ya que al final puedes pecar de tener demasiada juventud y mucha inexperiencia. Y te puede salir bien una vez, quizás también dos o tres, pero esta apuesta no puede ser una constante en el fútbol de élite actual si no todos están preparados.
El Barça, repleto de jóvenes
Contra el Valencia se ha tenido que recurrir a un equipo titular con cinco jugadores salidos de la Masia. Pero es que no son precisamente futbolistas que hayan tenido mucho recorrido en el primer nivel, sino que se podría decir que son niños que acaban de salir del equipo juvenil culé. Y es que los cinco de la Masia titulares en Valencia no superan los 20 años. Alejandro Balde y Marc Casadó tienen 20, por 17 que tienen Lamine Yamal, Pau Cubarsí y Marc Bernal.
Es una gran noticia para el futuro del Barça que tantos jóvenes sean titulares en un primer partido de Liga, pero al mismo tiempo es una preocupación extra. No se pueden tener jugadores más experimentados por falta de dinero, por falta de planificación y por falta de efectivos. Y se ha notado que en ciertos momentos del partido se ha sufrido ya sea por pases erróneos en zonas peligrosas, porque el ritmo de Primera División es mucho más alto al que están acostumbrados, o porque todavía no están del todo preparados para tener tanta responsabilidad.
Inestabilidad y todo a última hora
Hansi Flick ha dado entrada al mejor once posible de los futbolistas más rodados y que más podían rendir. Pero lo que nos tenemos que preguntar es si esto es lo que quiere el barcelonismo y lo que realmente necesita el Barça. Los jóvenes son un recurso, pero no tienen que ser constantemente la solución.
Y todo es problema de la falta de determinación del Barça a nivel de club. Se han inscrito a muchos futbolistas a última hora, sin saber si podrían llegar al partido después del último amistoso en el decepcionante Trofeo Joan Gamper. Y esta incertidumbre se nota tanto dentro como fuera dentro del vestuario.
Es un placer y un honor tener un equipo lleno de jóvenes formados en la casa que están jugando al máximo nivel y pueden tirar adelante partidos complicados como el de Mestalla. Pero el gran problema es que esta dinámica de confiar en los jóvenes por sistema es una necesidad por culpa del trabajo mal hecho en los despachos. Y es que el Barça peca a costa de la Masia —y no tiene por qué ser malo— y es el reflejo de esta inestabilidad que vive la entidad culé todavía a día de hoy cuando nos pensábamos que ya había vuelto la normalidad.