Pasan los años, cambian a los jugadores, se viven nuevas circunstancias, pero el Clásico sigue siendo un Clásico. Y los escándalos no se marchan. El Real Madrid se ha impuesto al Barça gracias a una más que polémica intervención del VAR que ha permitido a Sergio Ramos desnivelar un duelo que tenía claramente color blaugrana (1-3).

Atrevimiento y electricidad

Las nuevas ilusiones y los nuevos futbolistas se han convertido en protagonistas en la previa, pero cuando todo ha arrancado, el fútbol ha vuelto a mandar. Por primera vez se ha jugado un Barça-Madrid con el feudo culé totalmente vacío. Ha faltado el calor del público, de todos los que convierten este duelo histórico en un partido diferente al resto, pero con respecto al espectáculo, no ha faltado.

Aunque las primeras impresiones eran que los blaugrana acabarían trastocando los planes de los blancos, han sido los visitantes los primeros en marcar. En el minuto 5 cuando Fede Valverde ha resuelto a la perfección un contragolpe del Madrid que el Barça no se esperaba. Ha fallado la defensa blaugrana. Pero antes del 10, Ansu Fati ha empatado con asistencia del recuperado Jordi Alba.

Ansu Fati y Mendy durante el Clásico / EFE

El Clásico ha sido eléctrico, con muchas alternativas, pero con todo el mundo dejándoselo todo sobre el césped. Nadie hubiera dicho que este Barça, que hace dos meses se arrastraba, podría hacer un cambio tan grande.

Y es que además Ronald Koeman ha sido atrevido, poniendo de titulares a dos jugadores de 17 años como Fati y Pedri. Y con Messi yendo a todas, siendo el primero en defender y también el que lideraba los ataques, ha contagiado al resto de compañeros.

Lenglet y Valverde durante el Clásico / EFE

El factor VAR

El Barça no parecía el Barça, pero también porque el Madrid no es el Madrid. Los de Zinedine Zidane, más cuestionados que nunca después de dos derrotas consecutivas, no han podido casi proponer. Y lo han apostado todo a la velocidad y a los errores de los blaugrana.

Los de Koeman han demostrado un mejor fútbol, pero todo el mundo ya sabe que aunque el Barça sea mejor, el Madrid siempre tiene una carta mágica. Esta vez ha vuelto a ser la del VAR, que a media hora para el final ha aparecido para cambiar totalmente el partido.

Cuando mejor estaba el Barça y más opciones tenía de marcar el segundo gol, una caída de Sergio Ramos dentro del área del Barça, por agarrón de Lenglet a la camiseta, pero posterior a un empuje del capitán blanco, ha llevado al árbitro Martínez Munuera y al VAR a ser protagonistas. Penalti y Ramos no ha fallado.

Sergio Ramos celebrando el gol / EFE

Y Koeman ha tenido que recurrir al equipo más ofensivo posible: han entrado Griezmann, Trincao y Dembélé. Pero nada ha servido para confirmar la derrota contra uno de los peores Madrid de los últimos años, que además ha acabado completando la victoria con un gol a última hora de Modric.

Los tres puntos se marchan hacia Madrid gracias al VAR y a las polémicas de siempre. El Barça pierde comba en la Liga Santander a pesar de merecer más.