Este Barça sí se merece un título. Remontada épica contra el Sevilla, de aquellas que ya nos ha acostumbrado el equipo esta temporada en la Copa del Rey (3-0). Ousmane Dembélé ha generado esperanza, Gerard Piqué ha hecho enloquecer y Martin Braithwaite ha sentenciado. El Barça jugará la final.

Con ganas de remontar

Si una cosa funciona, ¿por qué cambiarla? Eso mismo ha pensado Ronald Koeman en esta noche de Copa buscando una remontada tan ilusionante como difícil. Misma formación, con un 3-5-2 como esquema, y mismo once titular que en la victoria del sábado pasado en Sevilla. Un equipo que sorprendió al rival pero que también se mostró con ánimos renovados.

Si institucionalmente el club está como está, parece que el equipo ha cambiado la dinámica y es totalmente opuesto en una semana clave. El objetivo era intentar remontar un 2-0 en contra en las semifinales de Copa para seguir aspirando al título que está más al alcance. Y aquel espíritu mostrado hasta ahora en cada ronda copera, se ha repetido en el primer partido de Copa en el Camp Nou.

Dembélé y Koundé durante el partido / EFE

Correr, presionar y jugar con inteligencia. La fórmula del Barça ha empezado funcionando. Al Sevilla no le ha servido la presión alta. Con Messi esperando su momento, los blaugrana han carburado desde el inicio. Mucha profundidad, mucho ritmo y creando peligro constantemente.

Dembélé ha sido el primero en probar, después Busquets, y el primer gol ha llegado en el minuto 13. Reconvertido en delantero con espacios, Dembélé se siente confiado, pero es que también lo está sin espacios. Dentro del área dando una media vuelta, manteniendo la posesión, para acabar inventándose un disparo con la pierna derecha desde la frontal a la escuadra de Vaclík.

Jordi Alba y Dembélé celebrando el primer gol / EFE

Y con el marcador a favor, el Sevilla ha intentado dar un paso adelante. Pero nada que hacer contra un Barça con el espíritu de remontada. Exhibición de Messi, omnipresente por todo el campo, también de Pedri, que suerte que se ha recuperado, y de jugadores como Mingueza o Jordi Alba. En esta noche fría en el Camp Nou parecía funcionar todo el equipo. Piqué, líder al lado de Lenglet; Busquets y De Jong, los dueños del medio del campo; y Dest cada vez más a gusto.

Cada vez que el '10' tocaba el balón, el Sevilla se replegaba. Un peligro constante. Y con el plus de Messi y un Barça arriesgando porque tenía que remontar, han dejado una de las mejores primeras partes de la temporada.

Locura de Piqué

Pero aunque el segundo tiempo ha empezado con un ritmo más bajo, con imprecisiones y menos electricidad, no ha faltado emoción. Julen Lopetegui ha buscado remover el partido con cambios, y Koeman ha respondido. Griezmann ha dado un punto más de pólvora a un Barça que necesitaba una sacudida.

Griezmann, sin embargo, ha arrancado frío, descentrado y sin saber tomar buenas decisiones. Pero el Barça ha seguido atacando y casi encuentra el segundo gol en el minuto 67, pero Jordi Alba se ha tropezado con el larguero después de una gran volea.

Messi luchando por una pelota / EFE

Y cuando el Barça ha recuperado el espíritu de remontada, el árbitro se ha inventado un penalti de un Mingueza impecable hasta entonces. Pero Ocampos, que hacía poco que había entrado al campo, se ha encontrado con la mejor versión de Ter Stegen, que también quería ser protagonista y ha parado el penalti.

Un cuarto de hora por delante, todavía con opciones de remontada blaugrana, y Koeman ha hecho entrar a Ilaix Moriba y a Junior Firpo. Y poco después, a la desesperada, a Braithwaite y a Trincao. Segunda amarilla a Fernando, del Sevilla, y expulsado en el tiempo añadido. Y esta vez ha vuelto a aparecer el milagro de Copa. Piqué, en prácticamente la última jugada del partido, ha marcado el gol que forzaba la prórroga.

El momento después del gol de Piqué / EFE

Sentencia de Braithwaite

Y con un futbolista más el Barça ha sido superior durante los treinta minutos extra. Braithwaite ha marcado el tercer gol, lo que certificaba la remontada justo al iniciarse la prórroga. Un Barça superior, con un futbolista más, pero que ha tenido que ponerse serio.

Lenglet ha hecho unas manos dentro del área, pero de rebote. Por lo tanto, no penalti bien señalado. Y cómo es habitual en estos partidos, más sufrimiento. Piqué se ha hecho daño pero ha podido acabar el partido. Y a pesar de los contratiempos, el Barça jugará la final.

 

Imagen principal: Los jugadores del Barça celebrando el gol de Piqué / EFE