El Barça toca de pies en el suelo a la tercera. Después de dos partidos de Liga relativamente controlados y sin exigencias, el Sevilla ha puesto a prueba a los blaugrana y tácticamente se han visto superados. De la revolución a la desesperación, y finalmente, reparto de puntos.

Revolución

Un Barça-Sevilla siempre es un partido de los grandes y entre dos equipos Champions. Básicamente ha sido la primera gran prueba de nivel para el Barça de Ronald Koeman. Y ha quedado demostrado porque aunque el equipo ha sido el mismo que en las últimas semanas, con el cambio obligado de Lenglet (sancionado) por Araujo, esta vez ha costado mucho más.

El inicio ha sido eléctrico, loco e inesperado. Las primeras jugadas han sorprendido a cualquier culé que haya visto los otros dos partidos oficiales de Liga de esta temporada porque ni defensivamente los blaugrana han estado soberbios ni ofensivamente han sido letales. Y aún se ha denotado más este aumento de nivel porque el Sevilla, mediante Luuk De Jong, se ha adelantado en el minuto 8 de partido.

El momento del gol de De Jong / EFE

Los andaluces, que han sorprendido por el ritmo, por quererle disputar la posesión al Barça, y por la amenaza constante a la portería de Neto, no han sabido conservar la ventaja. Ha sido Coutinho quien, después de un mal rechace dentro del área del Sevilla, ha aprovechado un minuto después del gol andaluz para empatar.

El brasileño siempre se ha ofrecido en la zona de medios para acelerar el juego, también era quien primero presionaba. Igual que Ansu Fati, que esta vez la poblada y bien cerrada defensa rival le ha frenado. Pero el más diferencial ha vuelto a ser Messi, que cuando entraba en juego, el partido cambiaba.

Desesperación

La falta de espacios ha provocado que el ataque blaugrana no luciera en exceso y, tal como ya va siendo costumbre, Griezmann ha vuelto a estar desaparecido. Por este motivo Koeman ha tenido que mirar al banquillo e intentar remover el partido a través del banquillo. Pero ni eso.

De Jong contra De Jong / EFE

Sin Griezmann ni Ansu, y con la entrada de Trincao y Pedri, no ha cambiado nada. El Barça ha perdido amplitud, no tenía extremos, y seguía chocando cuando quería atacar por el medio. Y para acabarlo de arreglar Jordi Alba se ha lesionado y ha tenido que debutar Dest en la banda izquierda.

Pero algunos detalles más del nuevo lateral blaugrana, que ha jugado a banda cambiada, y poco más. Las imprecisiones, el cansancio de la segunda mitad y la poca pólvora ofensiva ha condenado al Barça. Los de Koeman pierden en los primeros puntos de la temporada. Esta es la realidad.