El presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, no tiene intención de dar un paso atrás. Después de intentar poner contra las cuerdas a Leo Messi ofreciendo su dimisión si con eso aseguraba la continuidad del argentino, ahora Bartomeu afirma que no se sentará con el todavía capitán del Barça si no es para ampliarle el contrato.
Desde el club defienden que en ningún caso la cláusula liberadora de Messi puede ser efectiva toda vez que venció el plazo para activarla el 10 de junio, y, cómo ha podido saber El Nacional.cat, el Barça no está dispuesto a negociar un traspaso. Quieren el importe íntegro de la cláusula de rescisión: 700 millones. Es por eso que creen que no hay nada que negociar y que sólo se sentarán a hablar con Messi si este va con la intención de, no sólo quedarse esta temporada en el Barça, sino renovar y quedar vinculado al club por más años.
Así, Bartomeu pone más presión sobre los hombros de Messi, que todavía no ha hablado pero tiene previsto hacerlo en los próximos días - o incluso horas -, e intenta mostrar una postura fuerte y dominante, cosa que a estas alturas de la película nadie se cree. Parece bastante ingenuo pensar que cualquier movimiento que pueda hacer Bartomeu condicionará la decisión de Messi, pero el presidente lo sigue intentando.
Sea cuál sea esta decisión, que no parece alterable a estas alturas, Messi tiene previsto hablar una vez su padre se desplace hasta Barcelona. Teóricamente Jorge Messi llegará a la capital catalana este domingo, pero sigue siendo una incógnita si su hijo todavía esperará unos días más para dar su versión de todo lo que se ha hablado hasta ahora.