Josep Maria Bartomeu no abandona al Barça. Este lunes, el presidente del club blaugrana y su junta han acordado mantenerse al frente del club. Al menos hasta el miércoles, cuando el Procicat, el plan de protección civil de Catalunya, tiene que decir si el voto de censura contra el máximo mandatario se puede llevar a cabo tal como estaba previsto los días 1 y 2 de noviembre con sede única, el Camp Nou.
Bartomeu tenía dos opciones: dar un paso al lado y dejar la silla o hacerse fuerte y seguir aguantando. Ha escogido la segunda. El presidente ha intentado de todas las formas posibles que la votación se suspendiera —también utilizando la situación del coronavirus en Catalunya— y ha preguntado por carta a la Generalitat si esta se puede celebrar en el contexto actual. El vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, ha trasladado la petición a los titulares de los Departament de Salut i de Interior para que sean ellos, como autoridades titulares del Procicat, los que adopten las resoluciones pertinentes. Si dan el visto bueno al voto de censura, Bartomeu podría tener las horas contadas.
Discrepancias en la junta
En la reunión, Bartomeu ha tenido que oponerse a la posición de algunos de sus directivos, y es que, según ha revelado Esport3, tres miembros de la junta han dicho que querían dimitir. Son Jordi Cardoner, vicepresidente primero, Javier Bordas, directivo responsable del primer equipo de fútbol, y Xavier Vilajoana, responsable del femenino, el B y los juveniles.
Vuelve a ganar tiempo
Bartomeu, pues, sigue ganando tiempo y su única esperanza, hoy por hoy, es que la situación de la pandemia en Catalunya impida que el referéndum se celebre. Hay que recordar que anteriormente el presidente ya había denunciado firmas de la moción ante Tácito, el guardia civil del procés, con el fin de intentar invalidar los boletos conseguidos por 'Més que una moció'. Más tarde, además, el máximo mandatario también intentó que la votación se aplazara hasta el 15 y 16 de noviembre alegando que "el club necesita 15 o 20 días para organizarse logísticamente".
Pelotas fuera y dardo al Govern
En la rueda de prensa posterior a la reunión de la junta, Bartomeu ha atendido a los medios con un único objetivo: transmitir una falsa sensación de normalidad dentro del club. Según él, el único problema en relación al voto de censura es que la junta necesita 15 días para poder organizar un referéndum descentralizado.
“Siempre hemos querido hacer un voto descentralizado, queríamos acercar las urnas a los socios. Cuanto más voten, más grande es el club. Siempre hemos dicho que hacían falta 15 días por cuestiones logísticas, pero la sorpresa llegó cuando jueves el Govern nos confirma que el voto se tiene que hacer el día 1 y 2 de noviembre”, ha afirmado.
Bartomeu ha apuntado que el proceso posterior a la moción ha sido “ejemplar” y ha negado que el club haya intentado posar impedimentos para que el voto no se celebre. “Tenemos el máximo respeto por los socios que promovieron el voto de censura. No es la primera vez que pasa a la historia del club”, ha querido recalcar.
En cualquier caso, el presidente no ha revelado si dimitirá en caso de que el Procicat diga que el voto se tiene que celebrar los días 1 y 2 tal como estaba previsto. “Convocaremos la junta y tomaremos decisiones. Nuestro interés es que se complete el proceso de la moción”, ha afirmado. La frase lapidaria, sin embargo, ha llegado después: "No hay motivos para dimitir".
Bartomeu, por otro lado, ha enviado un dardo al Govern de la Generalitat cuando le han preguntado si está intentando que el voto de censura se lleve a cabo para expulsarlo del Camp Nou. “Me gustaría pensar que no. Siempre hemos querido salvar el club de los poderes políticos y mediáticos, que sea de los socios”, ha dicho con ironía.
Por último, respecto al hecho que la junta no haya preparado el referéndum con antelación y ahora tenga que pedir quince días más, el presidente ha afirmado que este hecho es porque el protocolo que presentaron “ha sido modificado” por la Generalitat.