Esta mañana, aprovechando la presentación de Trincão, que ha pasado a un segundo (por no decir tercero, cuarto o nonagésimooctavo plano) a causa del huracán informativo que supone todo aquello relacionado con Messi, Josep Maria Bartomeu ha querido reunirse con los máximos dirigentes encargados del primer equipo: Ramon Planes, Òscar Grau y Javier Bordas.
No ha salido Bartomeu a hablar en la presentación del futbolista portugués, ni tampoco ha dado la cara desde que Messi hiciera estallar la bomba la tarde de ayer, pero lo que ha explicado el presidente blaugrana en esta reunión es que se niega a ceder ante Messi, tal como ha explicado el programa Tot Costa.
No quiere darle la carta de libertad pero tampoco está dispuesto a negociar un traspaso, al menos esta es la imagen que decide proyectar de momento. Tampoco parece muy inteligente querer entrar en una guerra judicial con el emblema más importante de la historia del club que preside, pero si el club no quiere ni darle la carta de libertad ni venderlo, sólo queda una opción, que Messi se quede.
Una opción que ahora mismo parece muy lejos de estar en los planes del argentino, que sigue confiando en la validez de la cláusula que lo dejaría marcharse gratis pero que también confía en la voluntad del Manchester City de llegar a un acuerdo con el Barça en caso de que finalmente sea necesario pagar un traspaso.