Bélgica necesitaba ganar a la selección de Croacia para avanzar a los octavos de final del Mundial de Qatar junto con Marruecos, pero no ha podido (0-0) y el combinado entrenado por el leridano Robert Martínez cierra su participación en Qatar confirmando el gran fracaso que ya se intuía después de las dos primeras jornadas. En un partido con polémica en el primer tiempo por un penalti invalidado a los croatas, Romelu Lukaku ha tenido una infinidad de ocasiones en la segunda mitad para cambiar la suerte de su país, pero ha fallado todo el que no había fallado en toda su carrera.

Penalti anulado a Croacia por milímetros

El partido entre croatas y belgas era de vida o muerte antes de empezar, y es que en el otro partido del grupo, si Marruecos hacía los deberes y no perdía contra Canadá, los norteafricanos conseguirían acceder a los octavos por primera vez en 36 años, y obligarían a Bélgica a deshacerse de los Modric, Perisic y compañía para poder estar entre las 16 mejores selecciones del mundo. Y no ha hecho falta esperar demasiado para ver que los marroquíes querían ponerse manos a la obra. En el primer error defensivo de los canadienses, Ziyech ha marcado y, pocos minutos después, En-Nesyri ha marcado el 0-2.

Los jugadores croatas protestan el penalti que ha anulado Anthony Taylor / Foto: EFE

Mientras Marruecos adelantaba el trabajo, en el duelo entre Croacia y Bélgica, la gran protagonista era la polémica. Después de un par de ocasiones del combinado belga, que ni Dries Mertens ni Yannick Carrasco han podido convertir, el mismo Carrasco ha demostrado que el área propia no es el terreno donde se encuentra más cómodo haciendo un penalti muy claro. Sin embargo, uno de los actores con un papel más importante en Qatar, el VAR, ha entrado en acción. El árbitro Anthony Taylor ha consultado el monitor y ha interpretado que había que penalizar un fuera de juego milimétrico para privarnos de un duelo entre Modric y Courtois con solo 11 metros de diferencia.

El desacierto de Lukaku deja a Bélgica fuera del Mundial

De las enérgicas protestas de los balcánicos se ha pasado a la nada, porque la primera mitad se ha acabado difuminando sin gran cosa más a destacar y el marcador sin moverse. En el otro partido, un desafortunado gol en propia portería de Marruecos (1-2) añadía un mínimo de duda sobre una posible remontada de Canadá que hiciera bueno un empate en el Croacia-Bélgica para que pasaran las dos.

Yannick Carrasco también ha tenido la suya / Foto. EFE

Sin embargo, como era lógico, nadie ha confiado demasiado, y en el segundo tiempo, los nervios y las urgencias han hecho acto de presencia. La que necesitaba ganar era Bélgica, pero los primeros ataques han sido croatas. Los tres centrocampistas, Kovacic, Brozovic y Modric han tenido la suya en un lapso de cinco minutos, entre el 49 y el 54, pero Courtois ha mantenido con vida los suyos. Los Diablos Rojos han reaccionado, pero Lukaku no tenía su día. Primero, ha enviado un disparo al palo y, después, ha rematado de cabeza, sin oposición, directamente a fuera, aunque la jugada habría quedado invalidada.

El catalán Robert Martínez ha ido introduciendo recursos ofensivos buscando un gol milagroso que tapara todas las vergüenzas que ha demostrado en esta fase de grupos. Pero Lukaku estaba negado de cara a gol. Ha tenido dos más de muy y muy claras, pero no ha conseguido deshacer el empate que hace que Croacia y Marruecos pasen a los octavos, mientras que Bélgica dice adiós a un Mundial que, a priori, es el último de la mejor generación de su historia.