Cada temporada, el mundo del fútbol nos regala historias preciosas que muchas veces cuentan más que los títulos con que cada año los colosos del fútbol mundial se reparten. Pequeños clubs con poca tradición ganadora son capaces de desafiar a la aristocracia establecida y vivir sus momentos de gloria. A veces, pasan desapercibidos para el gran público, pero lo que está claro es que para su afición son inmortales. Es el caso del Stade Brestoris 29, más conocido como Brest, que este martes visitará Montjuïc con el objetivo de seguir brillando en la Champions League.
El milagro del Brest: de la Ligue 2 a estar invicto en la Champions
Y es que la historia reciente del Brest es fascinante. En la región de Bretaña, en los pies de una ciudad de solo 140.000 habitantes, ha crecido un club que hasta esta temporada casi no había tenido impacto en el fútbol francés. De hecho, subió a la Ligue 1 el año 2019. Para este modesto club, vivir en la máxima división del fútbol galo ya era todo un éxito. Ningún aficionado se atrevía ni siquiera a imaginarse a su equipo compitiendo en Europa. Pero el romántico destino del fútbol es caprichoso. Y cuando menos te lo esperas, te regala una temporada imborrable como la que viven a todos los seguidores del Brest.
Porque el ascenso del Brest en Europa ha sido meteórico, originado gracias al trabajo de Éric Roy, exfutbolista de la Niza, Olympique de Lyon y Rayo Vallecano, que asumió el cargo de entrenador el año 2023, para reavivar un equipo situado en la parte baja de la clasificación de la Ligue 1. Roy tenía el objetivo de salvar el equipo del descenso, pero contra todo pronóstico, lo acabó llevando a la Champions League. Ahora bien, la épica gesta del técnico francés con el Brest no se ha acabado aquí, ya que en su primera temporada en la máxima competición europea, está demostrando poder competir contra todo el mundo. Antes de visitar al Barça, se encuentra invicto, con 10 puntos de 12 posibles y ubicado en la cuarta plaza de la clasificación general.
Brest, un milagro con una infinidad de obstáculos
Todas estas estadísticas cogen todavía más relevancia si se tiene en cuenta que el Brest tiene que afrontar una infinidad de obstáculos, sobre todo en la Champions League, donde no puede disputar los partidos como local en su estadio (Francio-Le Blé), con capacidad para 15.000 espectadores, porque no cumple con los requisitos de seguridad que exige la UEFA. El equipo de Éric Roy debe trasladarse hasta el estadio Roudourou de Guingamp, situado a 115 kilómetros de Brest, un agravante que, sin embargo, aún no ha lastrado su rendimiento.
Por otra parte, hay que destacar que el Brest tenía el peor coeficiente UEFA de toda la Champions League, con un presupuesto de solo 48 millones de euros. Por todos estos motivos, se tiene que considerar como un milagro estos 10 puntos. El Barça será una prueba superior, pero no se puede descartar vivir un partido más competido del esperado. Sea cual sea el resultado final, para la afición del Brest este partido será histórico.