Centenares de seguidores invadiendo el césped de Old Trafford, llevándose los banderines de los córners y encendiendo bengalas. Y todo poco antes del Manchester United-Liverpool, el clásico de la Premier League, y en plena pandemia del coronavirus. El partido, previsto para las 17.30h, se ha retardado primeramente una hora, aunque después ha tenido que ser suspendido por motivos de seguridad.
En los alrededores del Old Trafford, además, se han congregado miles de aficionados. Quieren que la familia Glazer abandone el control del Manchester United.
💪💪💪💪 pic.twitter.com/NDghqHpilL
— Red Issue (@RedIssue) May 2, 2021
La Superliga, la gota que ha hecho colmar el vaso
Esta es la increíble escena que se está viviendo la tarde de este domingo en Manchester, en la que la afición de los red devils ha decidido decir basta contra la gestión de la familia Glazer, una mandato que los seguidores nunca han acabado de acoger de buen grado, pero que ha acabado de explotar por el liderazgo del club en el proyecto de la Superliga, hasta el punto que Ed Woodward, el vicepresidente del United, ya ha anunciado que abandonará la entidad cuando termine la temporada.
Woodward, de hecho, vio como hace unos días un grupo de encapuchados entraban en su casa, en el mismo momento en el que otro hacía su aparición en el entrenamiento del primer equipo, hasta provocar que el mismísimo Solksjaer, leyenda del Manchester United y actual entrenador, tuviera que ir personalmente a hablar con ellos para que dejaran entrenar al equipo.
La lucha contra los Glazer viene de lejos
La multimillonaria familia Glazer, famosa entre otras muchas cosas por controlar a los Tampa Bay Buccaneers de la NFL, se hizo con el Manchester United en 2005, provocando la ira de la afición, pues los pequeños tenedores de acciones se quedaron sin ningún tipo de poder.
Hinchas del Manchester United están dentro de Old Trafford en protesta a sus dueños. El partido podría ser suspendido. pic.twitter.com/1th8Yx9tFn
— Liverpool FC (@LFCEspanol) May 2, 2021
Los Glazer, además, financiaron la compra del club con deuda, lo que ha provocado que desde entonces el Manchester United haya tendido que hacer frente a 1.400 millones de euros en comisiones bancarias y dividendos a los propietarios.