Gerard Piqué no solo es un extraordinario jugador de fútbol (a partir del martes, exjugador), sino que es emprendedor privilegiado. Nunca ha escondido que su eterna inquietud le lleva a probar cosas nuevas, desde la gerencia de una hamburguesería hasta poner dinero para organizar un Mundial de Globos. Y el central catalán vio claro que el momento de colgar las botas era ahora, justo antes del inicio del Mundial de Qatar. Su suplencia y su mal partido contra el Inter de Milán le habían puesto en la diana por primera vez en su carrera deportiva. Su imagen entre el barcelonismo se estaba empezando a deteriorar, por lo que había llegado el momento.
Además, la nueva Ley del Deporte ponía en riesgo la participación empresarial de Piqué en varios de los negocios que tiene ahora en marcha, así que lo mejor era colgar las botas y, al ya no ser jugador profesional, poder seguir con ellos sin ningún tipo de conflicto de intereses. En el fondo de la decisión, sin embargo, brilla con luz propia los comicios a la presidencia del Barça del 2026. "Ya me conocéis. Tarde o temprano volveré", afirma Piqué en su vídeo de despedida, mientras mira hacia el palco. Nada es casual.
Puyol e Iniesta, en el equipo de Piqué
Y es que nadie duda de que Gerard Piqué aspira a ser presidente del Barça. Lo ha afirmado en varias ocasiones y su experiencia en el Andorra no dejan de ser unas prácticas avanzadas, y con grandes resultados. A ello se añadieron los gritos de la afición del Barça en su homenaje, cuando, con Joan Laporta presente, no dudaron en gritar "President, President". Piqué no tiene pensado hacer oposición. Ahora se va a apartar del primer plano mediático. Su objetivo principal es resolver su vida personal, con el proceso de separación de Shakira, y centrarse en sus negocios.
Mientras, poco a poco, va a ir preparando su asalto a la presidencia del Barça, para la que quedan 4 años. El primer nombre que irá con él es Carles Puyol, amigo íntimo de Piqué, pareja eterna en el eje defensivo del Barça de Guardiola y leyenda blaugrana. Otro nombre que también está sonando con fuerza es Andrés Iniesta, que recientemente, en una entrevista en el canal de Youtube de Jordi Wild, afirmó que quiere volver al Barça y que le motiva el mundo de la dirección deportiva.
El Bayern como modelo
La idea de club que Gerard Piqué tiene en mente es la del Bayern de Múnich, con el que el Barça tiene muchas similitudes. El objetivo es dirigir el club desde la máxima modernidad, con grandes exjugadores de la entidad, los que mejor conocen el mundo del fútbol, en los puestos de mayor responsabilidad, acompañados de expertos en la materia.
Puyol e Iniesta serían los primeros de la lista, pero a ellos se añadirían otros, como Cesc Fábregas, que también está en el camino de especializarse en la gestión de clubes, en el Como italiano. Piqué no suele hacer nada por casualidad. Todo está medido y pensado. Ahora le toca a Joan Laporta recuperar el gran Barça de antaño. En el 2026 será el momento de saltar a la palestra, 4 años de carrera que acaba de empezar.