Carlos Alcaraz, plata en los Juegos Olímpicos de París 2024, ha vuelto a competir y ha confirmado que no está a su mejor nivel. El tenista murciano ha perdido contra Gael Monfils en los dieciseisavos de final del Masters 1.000 de Cincinnati (4-6, 6-7 y 6-4), pero ha dejado una de las imágenes más preocupantes de su carrera. No ha sido una lesión, pero sí la pérdida de los nervios durante el partido que ha acabado con la raqueta rota después de golpearla varias veces contra el suelo.
Carlos Alcaraz paga la frustración con una raqueta
Alcaraz, número 3 del mundo, no ha podido con el veterano tenista francés de 37 años y número 42 del mundo. Máxima frustración del tenista español después de un partido que ha durado dos días, suspendido por culpa de la lluvia caída cuando se estaba disputando el tie break del segundo set.
Un duelo que se le ha girado al tenista murciano y que no ha sabido reconducir. Unas muy malas sensaciones y una muy mala actitud justo antes del último Grand Slam de la temporada, el US Open. Y el momento culminante ha sido cuando se ha sabido que Alcaraz merecía perder el partido, ya en el tercer set y después de perder una oportunidad de recuperar una rotura y ver como Alcaraz perdía en la tercera manga por 3-1, y ha pagado la frustración con la raqueta. Ha sido la primera vez en su vida profesional que lo pagaba con el material deportivo.
"Me quiero olvidar de este partido, no me he podido controlar"
"Sinceramente ha sido muy complicado para mí. Siento que ha sido el peor partido que he jugado en mi carrera. No he podido jugar. Vengo de buenos entrenamientos aquí en este torneo en los días previos, golpeando bien la bola y con buen movimiento en pista", empezaba diciendo Alcaraz.
"Me quiero olvidar de este partido, no me he podido controlar", ha dicho sobre el incidente. "Ha habido otros momentos donde quise romperla, pero pude controlarme. Hoy, no pude hacerlo. Ha sido muy frustrante para mí. Hubo momentos donde no quería estar ahí. Quería irme de la pista", ha añadido un Alcaraz muy enfadado.
Y ha acabado diciendo que "he sentido que estaba jugando un deporte diferente en la pista central comparado con las otras pistas. La bola iba mucho más rápida que en las otras. He calentado antes del partido y era una sensación completamente distinta. No sé por qué me he sentido de esta manera. No he sido capaz de ser mejor, así que este partido era imposible de ganar, y eso es todo". Y ha reconocido que ahora se quiere "olvidar de este partido" y ya pensar en el US Open.