Carlos Alcaraz ha dicho adiós a Wimbledon después de caer en cuatro sets (6-1, 6-4, 6-7 y 6-3) contra un Jannik Sinner que ha llevado el peso del partido y que ha anulado los intentos de una remontada que habría entrado en la historia del Grand Slam británico después de que los dos primeros sets los ganara el italiano.
Un duelo de presente, y de mucho futuro
El deporte, y el tenis, está constantemente a la búsqueda de nuevas estrellas y de nuevas rivalidades, y un deporte que lleva viviendo 15 años del 'Big 3' que forman Nadal, Djokovic y Federer, en el orden que ustedes quieran, ha encontrado en Alcaraz un relevo ideal. Pero, por descontado, no es el único adolescente con un talento y un carácter descomunal, y el italiano Sinner, de 20 años, se ha encargado de demostrarlo.
Cuesta mucho ver un Carlos Alcaraz tan fuera de un partido en absolutamente todos los aspectos. El murciano, desde el principio, se ha encontrado con una apisonadora en frente que no daba ningún tipo de opción. El español, en el primer set, sólo ha podido mantener su servicio la primera vez, pero Sinner se ha mostrado intratable y lo ha ganado con un 6-1 tan insultante como sorprendente para aquellos que han llenado el All England Tennis Club esperando un duelo de poder a poder entre dos de los jóvenes talentos del presente y del futuro.
Sinner, un italiano de sangre fría
Sinner es un italiano diferente. Porque los jugadores transalpinos, habitualmente destacan por su sangre caliente y el carácter, pero Sinner es todo lo contrario. Nacido en una pequeña localidad cerca de la frontera austríaca, se ha forjado más cerca de la nieve que de la playa, más acostumbrado al frío que al calor, y este carácter frío se ha transmitido en la pista, anulando completamente a Alcaraz en los dos primeros sets a base de seriedad y rigurosidad en todos y cada uno de los golpes. Ha empezado el set rompiendo el servicio del español, y a base de mantener el suyo, ha cerrado el segundo periodo con un 6-4 que dejaba a Alcaraz contra las cuerdas y sin margen de error.
Y si alguna cosa tiene el carácter, a veces volátil, de Alcaraz, es que cuando parece estar muerto, sólo lo parece. Las sensaciones seguían sin ser demasiado buenas, pero el de El Palmar ha empezado a ser capaz de sacar los juegos a su servicio, y obligaba a Sinner a hacer lo mismo para mantener igualado el marcador. Los juegos iban pasando, y ninguno de ellos conseguía un break que pudiera desnivelar la balanza, por lo que todo ha acabado por decidirse en un juego de desempate que podía ser el último del partido si caía del lado del italiano.
Alcaraz fuerza el cuarto set con un tie break agónico
Alcaraz se ha puesto 6-3, con tres bolas de set que no ha podido aprovechar, y Sinner ha llegado a disponer de dos oportunidades para cerrar el partido, y entre algún error impropio de lo que se había visto en las dos horas previas y la negativa de Alcaraz a abandonar tan temprano la pista, el español ha acabado ganando el tie break por 10-8 y los niveles de confianza han aumentado al mismo ritmo que los nervios, por primera vez en todo el partido, bajaban.
La superioridad de Sinner había desaparecido de golpe, y por momentos, el italiano parecía humano y, como todos los mortales, tenía nervios en momentos de tensión, mientras Alcaraz se ha empezado a creer que podía protagonizar una remontada épica. No obstante, aunque Alcaraz ha tenido a tocar el break en las dos primeras veces al servicio de Sinner, el italiano ha resistido, y ha sido él a quien ha hecho el break que suponía el 3-1 y que, a posteriori, se ha demostrado decisivo y definitivo.
Alcaraz alarga la agonía pero Sinner merece ganar
Porque justo después, Alcaraz se ha puesto con un 0-40 que podía restaurar la igualdad, pero Sinner se ha hecho enorme y lo ha resuelto con la grandeza de uno de los jugadores que tiene que marcar el futuro de este deporte. A partir de aquí, cada punto del de Innichen era una bala más al cuerpo de un Alcaraz que ha acabado claudicando después de salvar tres bolas de partido con un 5-2 en contra.
Ha puesto el 5-3, y ha llegado a tener una oportunidad de romper el servicio, la séptima del partido, pero Sinner también se ha salido con la suya y ha acabado pasando, por méritos propios, a los cuartos de final de Wimbledon. Alcaraz tendrá que volver la temporada que viene, y con 19 años, tendrá muchísimas oportunidades para mejorar un resultado más que digno en su segunda participación en el césped londinense.