El duelo del presente y del futuro. El yin contra el yang. La frialdad de San Candido ante la alegría del Palmar. La disciplina contra la genialidad. La templanza contra el ímpetu. El número 1 del mundo contra el tres. Así es como se podría definir un Jannik Sinner - Carlos Alcaraz, una rivalidad que está destinada a convertirse en una de las más memorables de la historia del tenis, que este viernes ha vivido un nuevo episodio, en la Philippe Chatrier con una plaza para la final de Roland Garros en juego. Y el ganador en esta ocasión ha sido Carlos Alcaraz, después de un partido espectacular, que se ha resuelto en cinco sets (2-6 / 6-3 / 3-6 / 6-4 / 6-3) y más de cuatro horas. A pesar de que ha habido un momento en que ambos tenistas parecían tocados físicamente, y que Alcaraz tenía muy cerca su derrota, el murciano ha renacido y ha acabado reinando en la agonía para clasificarse para su primera final en París, olvidando la cruel derrota que sufrió hace justo año contra Djokovic en la misma instancia.

Primero set impecable para Sinner

El partido ha iniciado sin tiempo para perder. Al menos, para Jannik Sinner, que ha empezado con la sexta marcha puesta desde el primer punto del juego. El nuevo número 1 del mundo ha saltado a la pista central de Roland Garros decidido a demostrar porque es considerado como el tenista más en forma de la actualidad, exhibiendo un tenis abrumador. Combativo, sin fallar casi ninguna pelota y con un ritmo de pelota inalcanzable. Anto todo esto, pocos tenistas pueden competir. Un Carlos Alcaraz a su mejor nivel sería uno de ellos, pero el inicio del murciano ha sido dubitativo.

Jannik Sinner salva una pelota con un revés / Foto: EFE

Con la derecha, su mejor golpe, no estaba teniendo el acierto que había mostrado en las anteriores rondas de este torneo, cosa que se ha traducido en uno primero set dominado por el italiano. Sinner ha sellado la primera manga con un 2-6 en el cual ha habido una tímida reacción de Alcaraz en forma de break, pero que ha acabado siendo del todo estéril. Ahora bien, todo el mundo era consciente de que, sobre el papel, eso tenía que ser muy largo y la respuesta del vigente campeón de Wimbledon no podía tardar en llegar.

Carlos Alcaraz aterriza a la Philippe Chatrier

De hecho, esta ha llegado ya al segundo set. Carlos Alcaraz ha olvidado rápidamente este inicio y ha empezado a utilizar su tenis más ofensivo. Subiendo mucho más a la red y buscando siempre golpes ganadores, el número tres del mundo ha ganado cinco juegos consecutivos, colocándose con un 5-2 que dejaba casi cerrado el segundo set. Sinner ha resistido todo lo que ha podido, pero la segunda manga se ha cerrado con un 6-3 que dejaba un partido trepidante por jugarse.

Carlos Alcaraz celebra un punto / Foto: EFE

Los problemas físicos frenan el partido

El partido estaba llegando a su clímax más alto, pero el tercero set ha entrado en una dinámica muy extraña. Y es que ambos tenistas han empezado a sufrir problemas físicos. Alcaraz en el antebrazo, la zona que le ha impedido disputar gran parte de la gira de tierra batida, y Sinner con rampas concentradas en la mano izquierda. Estas dos molestias han hecho bajar notablemente el nivel del duelo, que ha entrado en un momento en que se han visto muchos errores no forzados. El público parisino se ha quedado helado y el duelo era un verdadero ejercicio de resiliencia y agonía. Y en este contexto, quien ha sabido resucitar primero ha sido el italiano. A causa de estos problemas en el antebrazo, el murciano ha perdido mucha fuerza al servicio y con la derecha, y el tercero set ha acabado con un 3-6 favorable al número 1.

El Ave Fénix'' Alcaraz vuela hacia la final de París

En el siguiente set, en cambio, los roles han cambiado. Carlos Alcaraz ha apretado los dientes y ha vuelto a sentirse cómodo, en todos los aspectos. Mentalmente, ha cogido una vez de aire fresco, y después de una larga lucha, ha forzado el quinto set. El partido estaba teniendo de todo y no se merecía una resolución diferente. Una última manga en el cual Alcaraz ha hecho valer su dinámica ascendente para acabar adjudicándose la victoria. Jannik Sinner lo ha intentado hasta el final con una lucha admirable, pero no ha podido cerrar la semana en que se ha convertido en número 1 del mundo con una final en París.