Llega uno de los fines de semana más esperados del calendario en el universo Fórmula 1. El GP de Mónaco, pintoresco y singular como pocos, es uno de los circuitos más históricos y más característicos de este deporte. Además, este año más que nunca, se espera que llegue el momento que se apaguen los semáforos porque el gran aliciente de la temporada, Fernando Alonso, partirá de unas posibilidades más altas que hasta ahora con el fin de conseguir la anhelada 33.ª victoria de su carrera.
No obstante, quien también tiene en frente una gran oportunidad para mejorar sus prestaciones hasta ahora es Carlos Sainz, quien a pesar de mantenerse más regular en sus resultados que Charles Leclerc, sigue rodando lejos de las expectativas que se le presuponían a principios de temporada.
Los antecedentes de Mónaco están de parte de Carlos Sainz
Sobre todo en las últimas dos ediciones que se corrieron, Carlos Sainz obtuvo dos grandes segundas plazas. El año pasado por detrás de Checo Pérez y el año 2021 por detrás de Max Verstappen, fue capaz de subir al segundo peldaño más alto del podio, en ambos casos, mojándole la oreja a su compañero de equipo.
En un momento donde su futuro parece tan incierto como en el de ahora, volver a quedar por delante de Charles Leclerc sería una gran victoria para el madrileño que, además, lo haría en casa del vigente subcampeón del mundo. Sea como sea, más allá de las segundas plazas que ha conseguido, Sainz puede presumir de haber puntuado siempre sobre el asfalto del Principado.
Cuando defendía los colores de McLaren fue sexto en el año 2019. Con Renault finalizó décimo un año antes. Incluso cuando corría para Toro Rosso completó grandes carreras para acabar siendo décimo, octavo y sexto entre los años 2015 y 2018. Dicho de otro modo, es de los pocos pilotos de la parrilla que puede presumir de haber calificado siempre en la zona de puntos en un trazado donde es tan fácil cometer un error y decir adiós a la prueba.
La meteorología, otro de los alicientes
Y si el contexto no era suficiente para que este GP de Mónaco fuera imperdible, la meteorología apunta a ser otro de los alicientes para hacer de este fin de semana uno de los más especiales del año. Si la velocidad punta ya quedaba en un segundo plano en el circuito de los casinos, todavía más sepultada quedará sobre un asfalto mojado.