Carlos Sainz cumplió con su objetivo, y sorprendió a todos en el último Gran Premio de Fórmula 1, disputado en México. Ya se conoce desde hace tiempo que no seguirá en Ferrari más allá de la actual temporada, después de que le notificaran que su contrato no sería renovado. E independientemente de su rendimiento, ya habían anunciado a su sucesor, que será Lewis Hamilton, en uno de los movimientos más sorprendentes y llamativos que se recuerdan este siglo.
El madrileño también acabó con las especulaciones hace algunas semanas, y se hizo oficial su llegada a Williams, donde será el compañero de equipo de Alexander Albon. Pero antes de aterrizar en la escudería británica, que obviamente implicará dar un paso atrás en su carrera, quería despedirse de la casa de Maranello por todo lo alto, logrando algún podio más, y a ser posible, una nueva victoria, aprovechando que tiene uno de los mejores coches del paddock. Y así fue.
El hijo del mítico Carlos Sainz puede presumir de marcharse por la puerta grande, después de imponerse al resto de rivales en la última carrera celebrada, y todavía tiene cuatro Grandes Premios más para tratar de conseguir otra. Quedó por delante de Lando Norris, segundo, y de su compañero en Ferrari, Charles Leclerc, que finalizó tercero. Y precisamente, lo más comentado fue la fría reacción del monegasco a la hora de saludar al ‘55’.
A pesar de que hace tiempo que comparten box, y nunca han tenido alguna polémica destacable, parece que no se alegraba en absoluto por el buen resultado que Sainz JR logró. Probablemente, debido a un episodio de celos, ya que él también quería ganar, como es lógico. Y es que recordemos que sigue peleando por el título de F1, aunque cada vez sus opciones son más remotas, al no poder reducir considerablemente la distancia de puntos que tiene con Max Verstappen.
Y pagó su frustración con Carlos, al cual ignoró por completo durante las celebraciones, mostrándose frío y distante, y provocando que se hable de una posible mala relación entre ambos.
Leclerc tan solo le dio la mano a Sainz
Leclerc mostró una cara de pocos amigos en todo momento, y un enfado descomunal que se pudo ver fácilmente en televisión. Y tan solo le dio la mano a Sainz, y sin dirigirle la palabra.
Viendo esto, el ambiente en Ferrari puede ser tenso en las próximas semanas. Y peor todavía se pondrán las cosas cuando aterrice Hamilton.