Hay partidos que marcan a los jugadores, dando igual toda su carrera deportiva. Djukic, por ejemplo, será siempre el del penalti fallado contra el Valencia. O Boateng, el central al que Leo Messi le rompió la cintura en la Champions del 2015. Y a Gerard Piqué le perseguirá para siempre la imagen en la que pide calma a sus compañeros dejando pasar el balón para que Barella marcara el 1-1. "Los errores se pagan caros en la Champions. Hemos cometido errores muy graves en defensa", afirmó Xavi después del partido. Estaba señalando Piqué, que en la acción del 3-3 pide fuera de juego cuando Lautaro Martínez salía de su propio campo. Un despropósito.
Y claro, como era de esperar, no ha tardado en hacerse viral para frase que Piqué pronunció tras el 2-8 contra el Bayern de Múnich. "Es muy duro. Espero que sirva de algo. El equipo necesita cambios y no hablo ni de jugadores ni entrenadores. Nadie es imprescindible. Yo soy el primero que me ofrezco a irme si llega sangre nueva para cambiar esta dinámica. Hemos tocado fondo". Dos años después, parece que Piqué está en la lista de señalados.
Vaya ridículo de Piqué pic.twitter.com/KAZAkA9GXe
— KMB9 (@KMB9_) October 12, 2022
La caída al vacío de Piqué
Gerard Piqué siempre ha sido un futbolista singular, de aquellos que a los aficionados o les cae muy bien, o muy mal. En el Barça, en general, era idolatrado, tanto por su enorme calidad sobre el terreno de juego, como por su desparpajo antes los micrófonos, pues en muchas ocasiones ha desnudado al Real Madrid. Hubo un tiempo, no hace tanto, en el que se le consideraba el capitán, el portavoz y el presidente en la sombra. El gran problema es que Piqué se ha quedado sin ese comodín. Este miércoles llegó a ser pitado por una parte del Camp Nou. En el vestuario, además, sus bromas han dejado de hacer gracia a algunos. Piqué ha perdido peso.
Y es que a nadie se le escapa que si fuera por Xavi, Piqué ya no estaría en el Barça, como Jordi Alba. El entrenador, amigo y excompañero del central, se lo dijo en una conversación en verano, y la respuesta de Piqué fue que él seguía en el Barça y que si le traían al mejor central del mundo, él lo superaría. Las lesiones de Koundé y de Araujo le dieron la gran oportunidad de demostrarlo, de callar bocas y dar un paso al frente. Desgraciadamente, ocurrió todo lo contrario.
Piqué, problema para el Clásico
El calendario no se para, y en plena depresión llega el Clásico contra el Real Madrid, que huele la sangre. Una dura derrota del Barça podría tener consecuencias muy duras en pleno mes de octubre. Xavi, pues, no confía en volver a darle la titularidad de Piqué. El central no está bien, ni física ni mentalmente, y en el Bernabéu podría quedar tocado ya para el resto de la temporada. La opción principal es forzar a Jules Koundé, que llegará muy justo. El francés apunta a entrar en la convocatoria, aunque lo ideal sería que se quedara en el banquillo.
Eric Garcia, que contra el Inter de Milán también mostró carencias, tiene la titularidad asegurada, pues Christensen parece que no llega. Si Koundé está listo, será titular y Piqué se irá al banquillo. Si el francés todavía no está a punto, Xavi tendrá un problema gigantesco, pues la opción de reubicar a Marcos Alonso o a Frenkie de Jong podría ser todavía peor.