Segundo partido oficial de Ronald Koeman en el banquillo del Barça, segunda victoria del conjunto culé. Esta vez los blaugrana se han tenido que rebelar contra los elementos con el fin de llevarse los tres puntos de Vigo, donde el buen planteamiento de los locales, sumado a las condiciones climatológicas y a una decisión más que controvertida de Del Cerro Grande, han convertido el duelo en una prueba de nivel. Y el equipo, tal como pasó ante el Villarreal, lo ha superado con nota.

Como decíamos, el de este jueves sólo es el segundo partido oficial de Koeman como técnico del Barça, pero aun así podemos seguir extrayendo conclusiones de lo qué sucede sobre el césped. Vamos a ello.

Griezmann. De nuevo titular y, de nuevo, decepcionante. Es cierto que ante el Villarreal el delantero francés fue responsable indirecto de las dos dianas de Ansu, pero a un jugador de su categoría hay que pedirle más rendimiento. En Balaídos, el '7' ha sido el único jugador de la zona de tres cuartos que no ha enseñado los colmillos. Resultado: cuando Clément Lenglet ha sido expulsado, Koeman no ha dudado ni un segundo a quien tenía que enviar al banquillo. La cara del punta, mostrada en primer plano por el realizador, lo decía todo: era plenamente consciente de que merecía ser el sacrificado.

Ansu. El crecimiento del delantero es más palpable que nunca. El hispano-guineano siempre ha destacado por su desenvoltura, pero ahora ya no hay ningún elemento que lo diferencie de lo qué es: un jugador de primer orden. Si contra el Villarreal había que destacar su espectacular remate, esta vez también vale la pena recrearse en la capacidad que tiene para combinar. Aparte de ser un matador de sólo 17 años, Ansu comprende el juego del Barça como nadie. Que Koeman confíe sin matices en él es una noticia maravillosa para el equipo, ahora, y para el club, a largo plazo.

Ansu marcando el primer gol / EFE

Pedri. Resulta significativo que el técnico holandés dé minutos a Pedri -17 años- en una situación de inferioridad numérica. Quedaban más de 20 minutos de juego y el nuevo entrenador del Barça ha apostado por un futbolista de exquisita calidad técnica pero que, a priori, no destaca por su capacidad de sacrificio. Su apuesta es un mensaje evidente a Riqui Puig, un futbolista de características parecidas a las de Pedri, y quizás también a Ernesto Valverde. Cuando había que defender un marcador, todos sabemos por qué tipo de futbolistas apostaba el entrenador extremeño.

Messi. Que sí, que no está fino. Que sí, que quizás habrá que motivarlo. Que sí, que ha intentado marcharse este verano. Mientras Koeman construye el Barça-menos-Messi de los últimos veinte años (la jugada ya no nace y acaba en sus botas), el argentino sigue condicionando los partidos por talento puro. Sólo este domingo: gol creado a base de dríblings dentro del área, gol anulado por fuera de juego milimétrico y asistencia de oro que Philippe Coutinho no ha podido aprovechar y jugada que Sergi Roberto ha acabado culminando. Impagable.