Victoria contra todas las adversidades. Ni el fuerte viento, ni la lluvia, ni jugando con un jugador menos, ni el mismo Celta de Vigo han podido hundir a un resistente pero no brillante Barça que se ha alzado en Balaídos. Las genialidades de Ansu Fati y Leo Messi han decantado un partido intenso y revuelto (0-3).

El referente es Ansu Fati

Ahora mismo el Barça de Ronald Koeman gana gracias a un jugador: Ansu Fati. El joven delantero blaugrana ya es una realidad, y además sabe hacer de líder con goles y generando peligro constante. A falta de la determinación de Messi, que no acaba de ser diferencial en estos primeros partidos, hace falta que el resto den un paso adelante, y así está siendo.

Si contra el Villarreal los blaugrana brillaron desde el primer minuto, firmando una primera parte excepcional, contra el Celta no ha sido lo mismo. Quizás porque los jugadores del Barça se han enfundado la equipación de los partidos de fuera casa, que cuestan, que se hacen largos y también pesados. Pero este año la perla Fati es un comodín. Dos goles en la primera jornada disputada y sólo con 10 minutos ha tenido suficiente para crear una genialidad y hacer un golazo con el exterior del pie derecho.

Ansu Fati marcant el gol contra el Celta / EFE

Pero la maravilla de Fati ha sido una manera de tranquilizar un partido marcado por el fuerte viento y la lluvia que caía en Vigo. Y si Messi no estaba fino, Coutinho tampoco estaba muy despierto y sólo Ansu aparecía, quería decir que Griezmann volvía a ser un fantasma sin rumbo.

Y dos amarillas en Lenglet, una en el minuto 23 por una falta clara, y otra en el 42 más discutible por soltar el brazo, ha dejado al Barça con uno menos. Más de media parte con dificultades. Pero parece que este Barça de Koeman sabe defender, cosa que hacía años que no pasaba. Griezmann ha sido el sacrificado y Araujo un buen recurso para mantener la solidez defensiva.

Griezmann probando un disparo / EFE

Y siempre Messi

Y mientras el Celta buscaba el empate, ya superando el minuto 5 de la segunda parte, ha aparecido Messi. No estaba fino, fallaba pases, pero ha querido inventarse una jugada individual de las suyas y plantarse en el balcón del área pequeña del Celta. Disparo cruzado y gol en propia de Olaza.

Messi quejándose al árbitro / EFE

El Barça, con un futbolista menos, ha sabido situarse y sacar provecho de los fogonazos ofensivos. Messi se ha reactivado y el equipo ha vuelto a crecer. Ansu se ha ido apagando, pero ha crecido Coutinho. Un palo del brasileño, con gol posterior de Messi, anulado, ha sido lo más destacado del Barça antes del gol de Sergi Roberto en la última jugada del encuentro.

Lo más positivo de todo es que los blaugrana arrancan la temporada ganando fuera de casa. Y también que vuelven a ganar en Balaídos cinco años después de hacerlo por última vez. El Barça de Koeman lleva un dos de dos, pero esta vez no ha estado tan brillante.