Polémica en el fútbol italiano. El bisnieto del dictador Benito Mussolini, Romano Floriani Mussolini, que juega en la Juve Stabia, marcó el gol de la victoria de su equipo y la celebración de un sector de la gradería del estadio dejó una imagen para la vergüenza volviendo a demostrar que el fascismo no está erradicado. A través de las redes, se puede ver como en el minuto 21 del partido de la Serie B, entre Juve Stabia y Cesena, 'il duce' marcó su primer gol como profesional y parte de los aficionados de su equipo celebró el gol con el saludo fascista. Cuando la megafonía del estadio cantaba "gol de Romano" los asistentes contestaban con "Mussolini", y un centenar de ellos aprovechó para hacer el saludo fascista cada vez que pronunciaban el apellido del joven.
Celebración polémica
El nombre de Romano Floriani Mussolini fue noticia en el mundo del fútbol en 2021 cuando firmó el contrato por la Lazio, pero nunca llegó a debutar. Casualidad o no, el joven jugaba a un equipo relacionado constantemente con el neofascismo con la organización de los Irreducibili, por la ideología de sus ultras. A pesar del revuelo que se generó en las redes, el joven aseguró que solo se centraba en jugar al fútbol, desmarcándose así de todo aquello relacionado con la política. Después de varias temporadas en Las Águilas, a mediados del 2024, el bisnieto del dictador llegó a la Juve Stabia en calidad de cedido.
El lateral derecho de 21 años, cedido esta temporada en el conjunto napolitano por la Lazio, este noviembre explicó en una entrevista en la Gazzetta que prefiere llevar el apellido 'Mussolini' en su camiseta. "Mi bisabuelo Benito fue una figura muy importante para Italia, pero estamos en 2024 y el mundo ha cambiado", aseguró el joven.
Romano Floriani Mussolini es el tercer hijo de Mauro Floriani y Alessandra Mussolini, exdiputada del Parlamento Europeo de Forza Italia y nieta de Benito Mussolini. Lleva el apellido del dictador porque cuando nació le pusieron el de su madre, como excepción a las costumbres de los nombres italianos, que las autoridades civiles y la Iglesia católica no permitían en el momento de su nacimiento.