La temporada de Fórmula 1 ha empezado de manera muy ilusionante para Fernando Alonso. El piloto asturiano ha conseguido tres podios consecutivos, todos ellos logrando una tercera posición, en su debut con su nuevo equipo Aston Martin. Los aficionados de Alonso ya sueñan con la victoria número 33, pero para ello, deberá vencer a un Red Bull prácticamente imparable.
La escudería de la marca energética ha construido un auténtico cohete. Y tanto Checo Pérez como Max Verstappen parecen no tener rival y, lo cierto, es que lo han demostrado en todos los grandes premios disputados hasta la fecha. Pero en todas las casas cuecen habas y, de un tiempo a esta parte, parecía que se respiraba un ambiente hostil en Red Bull.
Todo empezó en Brasil
La historia se originó en el Gran Premio de Brasil de la temporada anterior. Con un Verstappen como campeón del mundo matemáticamente, su compañero se jugaba el segundo puesto en el ránking mundial contra Charles Leclerc. Pues bien, el neerlandés se negó a dejar pasar al mexicano, a pesar de las órdenes de equipo.
Desde entonces se especula con que no existe una buena relación entre ambos. Verstappen, un ganador incansable, quiere ir siempre por delante y, muchas veces, ha desobedecido las órdenes de equipo. De hecho, en Bahréin, esta temporada, Checo tenía la vuelta rápida, y a pesar de que su equipo pidió a Max que no apretara, lo hizo para quitársela a su compañero, y situarse como líder del mundial.
Un gesto que, seguramente, no gustó nada al mexicano, aunque ya sabemos que los trapos sucios se lavan en casa. Los rumores crecían y, ahí, Fernando Alonso veía un filón. La única forma de alcanzar a los monoplazas de Red Bull es que haya problemas que los desestabilicen, como lo que le ocurrió a él mismo en 2007, cuando estaba en McLaren.
Checo lo desmiente
Sin embargo, parece que esa "alianza" entre mexicano y español no va a ser posible. Checo Pérez ha salido a desmentir los rumores sobre una mala relación con su compañero. El piloto de Red Bull ha asegurado que no hay un mal ambiente dentro de la escudería austríaca.
De hecho, aseguró que “nos respetamos mucho más de lo que la gente podría pensar. Hay un gran ambiente dentro del equipo en general. Creo que ambos somos lo suficientemente maduros como para saber lo que está bien y mal”, echando por tierra los rumores sobre la mala relación con Max.
Tras las declaraciones, en Red Bull respiran tranquilos, al menos de puertas para fuera. El choque de egos entre Verstappen y Pérez favorecería a Fernando Alonso, que podría aprovechar cualquier error o batalla interna de los de Red Bull para dar el zarpazo definitivo. De momento, parece que eso no va a suceder, pero el asturiano sigue esperando su momento para sorprender con la 33.