El Chelsea es el gran dinamizador de este mercado estival de 2023, aparte de Arabia Saudí. El conjunto londinense es el único que puede hacer sombra a los petrodólares de Oriente Medio y, mediante fichajes multimillonarios, pretende hacer de su equipo, de nuevo, una potencia de la Premier League.
Todd Boehly gastó más de 400 millones de euros durante el pasado mercado invernal, pero este verano, su gasto ya alcanza los 417 millones de euros, eso sí, habiendo ingresado esta vez 248 millones de euros con ventas muy importantes como lo son las de Mason Mount o Kai Havertz. Sea como sea, introducidos ya en las últimas horas del mercado de fichajes, el club blue no piensa en levantar el pie del acelerador, sino que todo el contrario.
Jeremie Frimpog, nuevo objetivo de lujo
El Chelsea ha alcanzado un nuevo acuerdo de mercado, esta vez, para fichar a Cole Palmer por un total aproximado de unos 50 millones. Aparentemente, el equipo de Mauricio Pochettino no parecía necesidad de refuerzos para el flanco derecho de su delantera, pero sí para el de su defensa.
Y es que el conjunto inglés, después de la importante lesión de Reece James, se ha quedado sin su carrilero titular y una de sus piezas más fiables. El Chelsea está configurado un equipo joven, pero James, a pesar de no superar los 24 años, es uno de sus jugadores más experimentados. Con todo, el hecho de no poder contar con él ha hecho que en las oficinas del club, como no podría ser de otra manera, se haya mirado de nuevo hacia el mercado de fichajes con el fin de paliar su baja.
En este sentido, el nombre que ha trascendido con más fuerza es el del cotizado carrilero del Bayer Leverkuen, Jereimie Frimpong. A sus 22 años, el futbolista neerlandés es una de las principales armas ofensivas de Xabi Alonso, independientemente que su posición en el campo parta lejana de la portería.
Barça o Real Madrid también lo sondean
A Frimpong parece quedarle pequeña la Bundesliga y, aunque Barça y Real Madrid también lo sondearon, es el Chelsea quien podría hacerlo cambiar de aires sobre la bocina, reforzando de nuevo su plantilla con una incorporación de lujo. Eso sí, con contrato hasta 2025 y un elevado caché, Boehly tendrá que rascarse el bolsillo de lo lindo. Ni que eso fuera un problema.