El futuro de Andreas Christensen en el FC Barcelona parece estar sentenciado. El central danés, que llegó al club en el verano de 2022 procedente del Chelsea a coste cero, tiene todas las papeletas para abandonar la disciplina culé en la próxima ventana de fichajes. Aunque su rendimiento en sus primeras temporadas fue notable, la presente campaña ha sido todo lo contrario: problemas físicos constantes y ni un solo minuto disputado bajo las órdenes de Hansi Flick.
El técnico alemán no ha podido contar con él en lo que va de curso, y aunque siempre ha valorado su experiencia y su inteligencia táctica, la falta de continuidad ha hecho que el club se plantee seriamente su salida. Con la irrupción de Pau Cubarsí, el buen momento de Iñigo Martínez y el valor creciente de otros centrales como Eric García, el rol de Christensen ha quedado en entredicho.

Una oportunidad de mercado
Lo que parecía una pérdida segura podría convertirse en una operación rentable para el Barça. A pesar de no haber jugado esta temporada, hay varios clubes europeos —especialmente de la Premier League y la Serie A— que siguen valorando al danés como una opción sólida y asequible. Según fuentes cercanas al club, ya han llegado los primeros contactos con propuestas que rondan los 10 millones de euros, una cifra que podría aumentar si el jugador muestra una recuperación positiva en los próximos meses.
Para el Barça, que lo firmó como agente libre, se trataría de una operación redonda. En el contexto económico actual del club, cualquier ingreso sin coste previo es oro puro, especialmente si se trata de una cifra que supera los 8 o 10 millones por un jugador con poco protagonismo y que además libera una ficha importante dentro del límite salarial.
Prioridad: liberar masa salarial
Además del ingreso económico por el traspaso, la salida de Christensen permitiría al club liberar una masa salarial relevante. Su contrato, aunque no de los más altos, sí representa una carga considerable teniendo en cuenta su escasa participación. El Barça necesita reducir gastos y optimizar recursos para poder acudir al mercado con más garantías. Y en ese sentido, la marcha del danés ayudaría a cuadrar cuentas y facilitar la inscripción de nuevos refuerzos.
Un defensa de calidad, pero sin hueco
Nadie en el club pone en duda la calidad de Christensen. Su primera temporada fue muy sólida, adaptándose rápidamente al estilo Barça y formando una buena dupla con Ronald Araujo. Sin embargo, las lesiones y la aparición de nuevos talentos han cambiado el panorama. Con Cubarsí ya asentado, Iñigo en forma y Eric García recuperando protagonismo, Flick considera que el danés no es esencial para su proyecto.

A esto se suma la posible llegada de algún refuerzo defensivo en verano, ya que el club también explora el mercado en busca de laterales y centrales que se ajusten al sistema de Flick. En ese escenario, Christensen queda fuera de los planes, y su salida parece cuestión de tiempo.
Una venta estratégica
En definitiva, la marcha de Andreas Christensen puede acabar siendo una jugada maestra del Barça. Llegó gratis, rindió cuando se le necesitó, y ahora puede dejar un beneficio económico que ayude a aliviar la situación financiera. No es habitual que un jugador sin participación deje una suma importante, pero en este caso, el Barça está cerca de lograrlo. Y en los despachos, lo celebran como lo que es: una pequeña victoria en medio de un mercado cada vez más exigente.