El Manchester City de Pep Guardiola ya tiene en su museo la ansiada Champions League, un título que lleva años persiguiendo y, porqué no decirlo, mereciéndolo. Y finalmente lo ha conseguido con más sufrimiento de lo esperado, tras superar a un combativo Inter de Milán que ha vendido cara su piel (1-0), hasta el punto de que durante muchos minutos las dudas se han instalado en la mente de un City atenazado que temía pagar caro cualquier error y que, además, se ha quedado muy pronto sin De Bruyne, que se ha lesionado a la media hora de final, como ya le pasó en la final de Porto.
En esta ocasión, sin embargo, el fútbol le ha sido favorable al Manchester City, que a pesar de no firmar un gran partido ha visto premiada su excelente competición, ya que había sido el mejor equipo durante todo el año, siendo capaz de golear a equipos como el Bayern de Múnich y el Real Madrid.
Inzaghi sorprende en la pizarra a Guardiola
El Inter de Milán ha sorprendido a todos con un planteamiento mucho más atrevido de lo esperado. Simone Inzaghi ha apostado por salir indivualmente a la presión a cada jugador del Manchester City que recibiera el balón, para evitar las largas posiciones de los ingleses, a través de la cual Guardiola acostumbra a someter a sus rivales. Aún y así, todo podría haber sido muy distinto si en el minuto 6, en las pocas ocasiones en las que el Inter se ha metido atrás, Bernardo Silva hubiera visto portería, pero su disparo al segundo palo ha salido fuera, por muy poco.
Con el paso de los minutos se ha visto que la apuesta del Inter de Milán estaba dando resultado. El Manchester City, más nervioso de lo habitual, era incapaz de encerrar al Inter, que cada vez que recuperaba la pelota salía al espacio con velocidad, con un Di Marco muy peligroso por la banda izquierda. A pesar de que el Inter ha sorprendido al City, las mejores ocasiones de la primera parte han sido para los ingleses. La mejor, en el minuto 27, en un disparo de Haaland que Onana ha desviado con el muslo.
La desgracia de De Bruyne en las lesiones
Y cuando mejor estaba el City ha llegado la lesión de Kevin de Bruyne, que ha notado un pinchazo. El belga lo ha intentado, e incluso ha podido asistir a Grealish en una gran ocasión, invalidada por fuera de juego, pero finalmente ha pedido el cambio. La desgracia, pues, se ha vuelto a cebar con De Bruyne, que hace dos años también tuvo que retirarse por lesión de la final contra el Chelsea, por su golpe de Rüdiger.
La lesión de De Bruyne ha afectado al Manchester City, que ha vuelto a bajar el ritmo, con miedo a que cualquier error en la posesión fuera aprovechada por el Inter de Milán. El puesto del belga ha sido ocupado por Foden, el jugador más parecido a De Bruyne, aunque no tan preciso como el 17 citizen.
Rodri hace campeón al Manchester City
El segundo tiempo ha empezado con el primero, con un Manchester City dominante, pero dando la sensación de no estar cómodo ante un Inter de Milán correoso y con la clara intención de hacer la final larga. El conjunto italiano, además, ha estado a punto de adelantarse en su primera gran oportunidad, un grave error de Akanji que ha dejado solo a Lautaro, que ha disparado al cuerpo de Ederson (59').
A medida que iban pasando los minutos, daba la sensación que el fantasma de Havertz, que hace dos años marcó el gol con el que Chelsea derrotó al Manchester City, rondaba el cielo de Istanbul. El encargado de enviar al limbo las dudas ha sido Rodri. Pase maravilloso de Akanji a Bernardo Silva, que gana la línea de fondo. El portugués hace el pase de la muerte, que sale rechazado, para que Rodri fusile a Onana con un disparo medido (68'). El Inter ha reaccionado, y solo dos minutos después, en un desajuste defensivo del City, Di Marco ha rematado al larguero (70'). En el tramo final, como era de esperar, el partido ha enloquecido, ya que el Inter se ha ido arriba con todo, en busca del empate. En el minuto 77, Foden ha perdonado el 2-0, solo ante Onana. Y justo antes del final, en el 89', ha sido el turno del Inter, pero Ederson ha sacado bajo palos un remate de cabeza de Lukaku.