El culebrón de Andriy Lunin en el Real Madrid está llegando a su fin, y no de la manera que Carlo Ancelotti y Florentino Pérez hubieran deseado. A pesar de haber sido una pieza clave durante la ausencia de Thibaut Courtois la pasada temporada, el portero ucraniano ha decidido que su futuro no pasa por seguir en el Santiago Bernabéu más allá de 2025. Lunin se quedará esta temporada, pero su salida parece inevitable, y Florentino ya se ha puesto manos a la obra en busca de un recambio que pueda cubrir la portería blanca.
Durante el verano, Lunin tuvo varias oportunidades para abandonar el Real Madrid, pero ninguna de las ofertas llegó a convencerle a él ni al club. Su deseo es claro: jugar en un equipo de primer nivel donde pueda ser titular indiscutible, y no seguir a la sombra de Courtois, algo que ya no soporta. A pesar de los esfuerzos del Madrid por retenerle, incluso ofreciéndole una renovación de contrato hasta 2028, el ucraniano y su agente, Jorge Mendes, han preferido esperar y no comprometerse, dejando la puerta abierta para una salida en el futuro cercano.
La situación de Lunin ha sido una constante fuente de incertidumbre para el Real Madrid. Ancelotti había confirmado que Lunin se quedaría para la temporada 2024-2025, pero la decisión del guardameta de no renovar deja al club en una posición complicada. Su contrato termina en junio de 2025, y si no se llega a un acuerdo, el ucraniano será libre de negociar con cualquier equipo a partir de enero. Esto plantea un problema serio para el club, que no quiere ver cómo un portero de su nivel se marcha gratis.
La opción de que Lunin salga en el mercado de invierno sigue sobre la mesa, pero todo dependerá de los minutos que consiga de aquí a diciembre. Si se siente relegado al banquillo y aparece una oferta atractiva, no dudaría en hacer las maletas. El Real Madrid, que ha tasado su salida en 30 millones de euros, no piensa regalarle. Pero lo que es seguro es que Lunin no está dispuesto a seguir siendo el eterno suplente de Courtois, por mucho que haya demostrado ser un portero de garantías en los momentos más complicados de la pasada campaña.
Con la salida de Lunin en el horizonte, Florentino Pérez y su equipo ya han comenzado a mover ficha. Ancelotti había puesto su confianza en Kepa como plan B en caso de que el ucraniano abandonara el club este verano, y aunque finalmente el guardameta español firmará con el Bournemouth, el Madrid sigue atento a la evolución de su situación. Kepa, que dejó una buena impresión en el vestuario y se ganó el respeto de sus compañeros y cuerpo técnico, sigue siendo una opción que podría reactivarse más adelante.
Además de Kepa, el Madrid también sondea otras alternativas en el mercado de porteros, conscientes de que la salida de Lunin dejará un vacío difícil de llenar. La relación con Jorge Mendes no ayuda, ya que el agente portugués no pasa por su mejor momento con el club tras otros desencuentros recientes. Esto complica aún más la posibilidad de una renovación exprés y deja a Ancelotti en la encrucijada de tener que encontrar un sustituto de garantías en caso de que Lunin se marche antes de tiempo.
El Madrid no quiere repetir la historia de otros jugadores que se fueron sin dejar un euro en las arcas del club, y por eso la situación de Lunin se ha convertido en una prioridad para Florentino. Si no logran convencer al ucraniano para que se quede, el club deberá moverse rápido en el mercado para asegurar una transición ordenada en la portería. Ancelotti no quiere más sorpresas, y aunque Lunin sigue entrenando con el equipo y dispuesto a darlo todo esta temporada, todos saben que su futuro está lejos de la capital española.
Lunin ha sido un profesional impecable durante su tiempo en el Madrid, pero su deseo de buscar nuevos desafíos es innegable. Los próximos meses serán clave para definir su destino, y mientras tanto, el Madrid ya busca un nuevo guardián para su arco.