Los problemas se vuelven a evidenciar en el Real Madrid. El primer partido del año acabó con decepción a pesar de la victoria final en el partido de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey contra el modesto Cecereño de 2ª RFEF. Rodrygo Goes resolvió los problemas del conjunto blanco y volvió a quedar claro que Carlo Ancelotti tiene un jugador muy tóxico dentro del vestuario que Florentino Pérez le debe abrir la puerta.
Nueva decepción de Hazard
Ancelotti tiene cada vez más claro que Florentino Pérez tiene que vender o regalar a Eden Hazard. El futbolista belga volvió a ser una sombra en un partido del Real Madrid. No jugaba con la camiseta blanca desde el pasado 25 de octubre, pero como si tampoco lo hubiera hecho. Contra el Cacereño estuvo totalmente desaparecido y no probó ni un solo disparo a la portería rival.
Hazard hizo un partido lamentable que le duró menos de 70 minutos después de salir como titular. No hizo ningún disparo a portería, no probó ninguno, no superó a ningún rival, no hizo ningún centro, perdió cinco balones y no ganó ningún duelo individual. Un resumen del penoso partido de Hazard. Un futbolista que ya no es la estrella de hace unos años.
Y es que ya hace mucho tiempo que Hazard ha perdido todo el crédito que algún día llegó a tener. El futbolista belga volvió a perseguir sombras y tampoco mejora su participación en el Mundial de Qatar, donde fue importante para el equipo, pero no decisivo en los partidos.
Un Hazard fuera de forma
Y el mayor de problema de todos es que hace mucho tiempo que está fuera de forma. En el partido contra el Cacereño se le volvió a ver con más peso del esperado, con una constitución física más voluminosa de la esperada y sin una continuidad física que le permitiera estar al 100% durante todo el partido.
Una imagen suya, donde se le ve con más curvas del habitual, es la clara definición de la indignación del madridismo. Hazard todavía tiene contrato hasta el 2024, no quiere marcharse, pero es que tampoco sirve para jugar en el Real Madrid. Y las constante lesiones tampoco ayudan.
Y de aquella gran estrella que aterrizó en verano del 2019 en el Santiago Bernabéu ya no queda nada. Lo único es que ha dejado de brillar pero es más visible porque se ha expandido. Hazard ya sabe que si no hay un cambio radical en el aspecto físico y en el futbolístico se acabará marchando del Real Madrid más temprano que tarde.