El primer partido de semifinales de la Supercopa de España que ha medido al Real Madrid y al Valencia en un duelo en que, tras 120 minutos de igualdad, los penaltis han acabado sonriendo a los hombres de Carlo Ancelotti gracias a una actuación estelar de Courtois, le ha servido al técnico blanco para sacar muchas conclusiones sobre algunos jugadores que en las últimas semanas han sido muy discutidos. Uno de ellos es Eduardo Camavinga, futbolista francés que ha sido muy criticado tanto por Ancelotti como por Didier Deshcamps, el seleccionador de Francia.
Ambos entrenadores creen que el futbolista nacido en Angola tiene un talento incalculable en sus botas para resolver situaciones de mucha presión; sin embargo, son conscientes que todavía no ha alcanzado la madurez suficiente como para saber administrar este talento como es debido. Camavinga aún desarrolla un fútbol demasiado anárquico. Pierde demasiados balones en situaciones límite por exceso de confianza y esto está empezando a cansar a un Ancelotti que medita usar tan solo al exjugador del Stade Rennais como revulsivo.
Especialista en contextos de partidos rotos
Ahora bien, la música cambia mucho cuando el partido ya ha entrado en la segunda parte y todavía no está decidido. Ahí, la ambición casi inconsciente de Camavinga marca diferencias. Ya sea partiendo desde el lateral izquierdo (posición en la que Deschamps lo utilizó durante la final del Mundial para remontar el partido) o desde la demarcación de interior, su capacidad para romper líneas a través de una poderosa conducción puede ser una arma imparable para muchos equipo que llegan a ese tramo de partido con el tanque de gasolina casi vacío.
Por este motivo, las minutos de Camavinga como titular en el Real Madrid podrían verse muy reducidos en los próximos meses. El equipo de Ancelotti durante el último año y medio ha demostrado ser un combinado muy cerebral, al que le gusta madurar los partidos a través de largas posesiones o un repliegue más pragmático, dependiendo del tipo de rival que tienen delante. Un tipo de fútbol que contrasta mucho con la naturaleza de Camavinga que, a diferencia de su compatriota, Tchouaméni nunca ha acabado de tener un rol fijo de titular en el centro del campo.
El fichaje de Bellingham para paliar los defectos de Camavinga
Camavinga llegó al Real Madrid de la mano de Zinedine Zidane. El técnico galo consideraba que el futuro del actual '12' blanco tenia un futuro brillante y que en pocos meses se postularía como el recambio ideal de Toni Kroos y Luka Modric, quienes están llegando al ocaso de su carrera. Pero nada más lejos de la realidad, la área deportiva merengue vuelve a estar en el mismo punto que hace 2 temporadas: buscando un interior joven para los próximos años. Y en este sentido el elegido es Jude Bellingham, un futbolista que Florentino quiere traer al Santiago Bernabéu a toda costa.